martes, 1 de abril de 2014

abril 01, 2014
Juan Acuesta Rodríguez

Me ha llamado mucho la atención una campaña en que a través de los medios de radio, el IFE invita a los ciudadanos a vigilar el trabajo de los funcionarios, sobre todo de aquellos que han sido favorecidos por el voto del pueblo.

Yo le pregunto a ese instituto por qué esa pantomima si muchos han sido señalados con pruebas, a través de la prensa, incluso con demandas, y ninguna ha procedido.


Tenemos el caso de la basura, el caso de las luminarias, el caso de todos esos eventos magnos musicales que se han llevado a cabo en nuestro Estado, Yucatán, y ninguno ha sido sancionado y mucho menos llevado a un juicio, sino, por lo contrario, han sido premiados y protegidos, unas veces como senadores, otras como delegados del INFONAVIT, otras como secretarios o directores, en fin, es un carrusel o una rueda de la fortuna en que como burla siguen impunes.

El caso de los altos sueldos y aguinaldos que se adjudican los mismos diputados y senadores que hasta el cansancio se han mencionado y qué decir de aquellos llamados plurinominales o de mayoría relativa, que siguen y seguirán sirviéndose ya no con la cuchara grande sino con el cucharón.

Y a ustedes mismos, altos funcionarios del IFE, qué me pueden decir de esos sueldos insultantes que devengan, al igual que los del IPEPAC, ante la pobreza del pueblo.

Este Estado lo recibió el nuevo gobernante prácticamente en bancarrota, al grado tal que tuvieron que hacer ajustes y hasta hoy una disfrazada austeridad, cuando los derroches se dan en eventos a puertas cerradas, con alimentos y servicios totalmente onerosos, funcionarios que viajan y llegan a los hoteles más caros que puedan existir, del tipo Fiesta Americana, Hyatt, Holiday Inn, Hilton, en fin, servicios sumamente caros, pudiendo llegar a lugares más modestos, sin caer en lo ridículo.

Señores del IFE, señores de la Nación, la democracia no es sólo tener una credencial, no es sólo salir a votar por candidatos impuestos, sino que también es escuchar al pueblo, investigar y obtener las pruebas concluyentes con las cuales se pueda seguir un juicio político a quienes lo merecen y destituir a aquellos funcionarios que resulten implicados en estas situaciones de despilfarro y ser sancionados como marca la ley.

Que sancionen a todos esos politiqueros que sólo están ansiosos al acecho de obtener sueldos insultantes a la realidad del país, pero que además derrochan a manos llenas el presupuesto del gobierno en vez de servirle al pueblo como debe ser y en verdad se dediquen a trabajar como Dios manda.

Hasta donde sé, un funcionario público no debe trabajar en otro lugar más que en su cargo como funcionario y tener el privilegio de salvaguardar su empleo para retornar a él cuando su gestión concluya. Sin embargo, los hay cobrando no sólo como funcionarios, sino también devengando su sueldo de su otro empleo. Esto es grave, pero más grave aún aquellos que cobran además de su sueldo de funcionarios, dos o tres sueldos más de sus otros empleos.

Así que, señores del IFE, quítense ese disfraz de servidores y defensores de los ciudadanos, puesto que son marionetas del gobierno o del Estado.

El día que se corten esos hilos y funjan en verdad como debe ser, entonces serán reconocidos y respetados, sin la necesidad de esos anuncios publicitarios y campañas tan costosas en tiempo-aire que se transmiten por televisión y radio.

Es cuanto.