martes, 1 de abril de 2014

abril 01, 2014

Al doctor don Leandro Rodríguez de la Gala, virtuoso Obispo de Yucatán, le preguntó una vez un curita gachupín de los llamados de misa y olla:
--"Dígame, ilustrísimo señor, ¿es pecado decir malas palabras?"
--"¡Cómo? ¿Ofender al prójimo de palabra?..."
--"No, ilustrísimo señor; me refiero a esas palabrotas feas que los españoles usamos para dar fuerza al lenguaje"...
--"¡Ah!!...No, hijo, eso no es más que falta de educación", contestó el anciano prelado.