lunes, 18 de abril de 2016

abril 18, 2016
Jesús Solís Alpuche.

Por invitación de la Academia Liberal de Yucatán asistimos a la presentación del libro EL ORDEN del mercado y EL DESORDEN de la nación, del que hicieron certeros comentario Ivan Franco, Enrique Montalvo y Tania Hernández, una de los coautores.


Desde hace más de dos año la academia se ha preocupado en promover proyectos editoriales como el de hoy del que son coautores Saúl Escobar, Carlos San Juan Citlali Villafranco y la propia presentadora Tania Hernández Vicencio.

El mercado nacional mexicano cada vez se ha venido constriñendo más, por el impacto global de la economía y para algunos sectores de investigadores y académicos es preocupante en la medida del desequilibrio de la economía nacional.

En nuestro país la imposición de políticas públicas de corte neoliberal, en especial aquellas que se vinieron implantando desde 1982 y dieron lugar a la formación de mercados oligopólicos en diversas actividades, determinaron una política de privatizaciones y reformas estructurales con perspectivas de una destrucción total del Estado-Nación.

Los expositores hicieron importantes observaciones y análisis concretos como la relación subordinada y perdedora de México con estados Unidos; Las reformas estructurales que unificaron el poder de la élites y atomizaron al sector social y a la ciudadanía; el tema de la distribución de ingresos para lucrar y no para crear y desarrollar; el posicionamiento crítico de académicos, investigadores e intelectuales; La iglesia católica y su teología de la prosperidad, y una jerarquía que se posiciona y avanza, coludida en su dirección social con el gobierno neoliberal en manos de una clase política que adopta el catolicismo, violando la figura del Estado laico, y solapando las trapacerías de obispos y curas cómplices en el proyecto. Importante estudio sobre la situación en el sureste de México y el Caribe como zona estratégica.

Las contradicciones en las 11 reformas estructurales y 81 cambios a las leyes secundarias que incluso violenta el sistema del derecho a la propiedad privada, con la figura de la Servidumbre Legal, que da derecho, incluso a las trasnacionales, a asentar sus actividades industriales, en predios y terrenos ejidales o particulares. Pero la más afectada sin duda, es la protección social de los mexicanos.

En la sesión de comentarios al respecto se extendió la incertidumbre: “¿dónde está la Izquierda”? ¿Qué nos pasa en México? ¿Por qué el Estado está en manos de las oligarquías? Es evidente que el nivel de los expositores no está al nivel del auditorio en donde incluso se confunde el liberalismo con el neoliberalismo y hay quienes están dispuestos a esperar los beneficios de las reformas estructurales que nos arrebatan el patrimonio destruyendo el Estado nacional.

Haciendo una reflexión respecto a la cultura política, es necesario precisar que en la Academia aún no se tiene idea del concepto estructural del sistema en que se asienta nuestras relaciones sociales y políticas. La mayoría sigue entrampado en el anticlericalismo, sin darse cuenta que las iglesias, las religiones, como los partidos políticos y medios de comunicación e información, el arte, y las profesiones y ciencias que se enseñan en los altos centros de estudios, son programados bajo el ideal reproductores del sistema económico dominante, que se llama capitalismo, y que en su etapa actual se recrudece en violencia y corrupción. (Georgina Rosado expuso el proyecto de reformas en materia de educación preparatoria que liquida la filosofía y las ciencias sociales, cambiándolas por talleres)

En mi calidad de promotor de la Constituyente Ciudadana y Popular, en la que participan curas como Raul Vera y Alejandro Solalinde, expuse que la perspectiva general de las reformas neoliberales, al afectar la protección social y laboral, como en el caso de los maestros, miles de obreros y campesinos, han generado un proceso de cambio en la correlación de fuerzas sociales y resistencia popular, que hace 25 años no existía. Hoy la hegemonía del llamado Estado de Bienestar Keynesiano ha muerto. Lo mató el neoliberalismo y las oligaquías.

Las sucesivas reformas llamadas de modernización han sido en realidad desordenes. La reforma borbónica en la Nueva España ocasionó la guerra de independencia, en que por cierto fueron curas, Hidalgo, Morelos, Matamoros y militares los que promovieron la rebelión.

Las reformas liberales de Juárez y Porfirio Díaz nos dejaron aquí más de 10 mil mayas sacrificados, castrados y desterrados, entre ellos a sus caudillos Antonio Ay, Jacinto Pat, Cecilio Chi, y otros. Las reformas Salinistas que no pudo hacer el PAN porque el PRI se lo impidió, aun no terminan. El pueblo se está resistiendo y aún no podemos sacar cuentas de los costos. Cada reforma impacta en la cultura y los valores de los mexicanos.

Es muy importante la observación comentada del libro, que el sureste de México y el Caribe es una zona estratégica y geopolítica. En el sureste de mexicano están las reservas de biosfera más importantes de la región de Puebla a Panamá. Por eso los neoliberales están listos, no solo en Yucatán, sino en todo el país, a la cooptación de los valores de la Izquierda y desdibujarla.

También habría que ver que los investigadores y académicos dejen de creer que pueden convencer con sus conocimientos a las oligarquías y la clase política a su servicio, de que hay que humanizar el modelo de desarrollo. Tienen que empezar a cambiar su perspectiva y fijarse en los movimientos populares, los que precisamente se están dando en regiones de predominio de los pueblos originales como Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Guerrero, donde el México bronco ha empezado a despertar con la bandera en sus manos del futuro de la educación.

La poca clase media que nos queda y los académicos tienen que fijarse en la necesidad de construir al Sujeto Histórico Social. La correlación de fuerzas de dominación y de liberación está cambiando. La Academia tiene el deber de dar aliento y promoción a la conciencia de empoderamiento a las fuerzas populares que hoy el sistema usa para legitimarse. Ese es la consigna de la Constituyente Ciudadana y Popular con miras a recuperar el espíritu de nuestra Carta Magna establecido en el artículo 39 Constitucional. Gracias. chantzacan@hotmail.com