domingo, 6 de julio de 2014

julio 06, 2014
ESTADOS UNIDOS, 6 de julio.- La historia de una comunidad atrapada en una cúpula no se diferencia mucho del mundo real, ya que vivimos en un pequeño domo azul llamado tierra, enfatiza el escritor estadunidense Stephen King.


Vestido de camisa negra, jeans y sus inseparables gafas, el maestro del terror y misterio aclara que no existe mucha diferencia entre la ficción y la vida real, pues es parte de la naturaleza humana la adaptación y la supervivencia.

El escritor nacido en 1947, con casi dos metros de altura, camina entusiasmado por los estudios EUE Screen Gems, en esta localidad de Carolina del Norte, donde se filma la segunda temporada de la serie Under the Dome (Bajo el Domo), inspirada en su exitosa novela La Cúpula.

La historia se desarrolla en el ficticio Chester's Mill, un típico pueblo estadounidense, que misteriosamente y de la noche a la mañana es cubierto por un domo transparente e impenetrable que lo aísla del resto del mundo.

En ocasiones, subraya King, los televidentes se encuentran en una situación de estancamiento y no siempre se dan tiempo para discutir este tipo de temas, pero al hablar sobre una comunidad atrapada que se ve envuelta en problemas como la escasez de recursos vitales, conflictos sociales, despiertan ese instinto de supervivencia.

“Me siento muy contento con este proyecto, a pesar de que en redes sociales como Facebook algunas personas cuestionaron el por qué después de los primeros capítulos la historia no era la misma, ya que no es sencillo llevar una historia que marca un tiempo de tres semanas de encierro a la pantalla chica”, afirma.

El maestro de Maine acomodó sus gafas, dio un trago a su vaso de café y con el tono de voz que lo caracteriza refirió que cuando inició conversaciones con Brian K. Vaughan (encargado de la adaptación del libro) supo que la línea del tiempo era lo primero en lo que se debía trabajar, sobre todo por el impacto y ambiente que se vive en esta comunidad.

“Eso quizá puede cambiar la idea de mi concepto del libro, pues ahora toda esta gente se encuentra atrapada en Chester´s Mills por meses o años y tienen que ver cuáles son sus recursos, y sus estrategias para subsistir en algo que es completamente desconocido para ellos y esta idea ahora extendida me llena de expectativas sobre esta historia".

La cosa es que no tengo ningún plan hacia dónde me lleva el libro, no sé qué es lo que esté pasando, pero cada situación y cada aspecto que envuelve la trama me mantiene curioso por ver hacia dónde va la producción con esta historia”, comenta.

Con este tipo de adaptaciones, señala el escritor, lo más seguro es que una historia tenga que extenderse y si es necesario que participe, como será el caso del primer capítulo de esta segunda temporada “estaré comprometido y quiero mantenerme entusiasta”.

“No quisiera meter la pata como alguien que simplemente no sabe lo que hace, se trata de tener un crecimiento y crecer en lo que quiero escribir, y lo que quiero es entretener a la gente porque eso es lo que hago".

Me encuentro a la mitad de los sesentas y creo que parte del reto es mantenerme fresco y comprometido, y tratar de tener algo en el corazón, esto algo que debes de construir, ya que cada escritor toma un rol para explorar y hablar sobre buenas historias, resalta el escritor, uno de los más populares de la época y quien ha vendido más de 350 millones de libros en el mundo.

Respecto a los cambios y adaptaciones que ha llevado la historia, el autor de El Resplandor y Eso asegura que con los cambios que hizo la producción de CBS no se encuentra molesto, sino lo contrario, dijo sentirse curioso por las sorpresas que esperan a esta segunda edición de La Cúpula.

“Son los riesgos que se corren en este negocio, a veces funciona, a veces no, pero me gustaría ver qué es lo que pasa, ya que en la primera edición con 13 capítulos me gustó lo que vi, tanto que al final esta proposición incluso podría convertirse en una película palomera”, dijo.

Entrelazando sus manos y dando un sorbo más a su café, el escritor de Carrie refiere que contar historias de una manera distinta, así como escribir para la televisión envuelve también un sentimiento natural que también vende la oportunidad de decir historias.

“Los libros tienen la cosa que te transportan a un mundo de entretenimiento pero también la televisión y sus programas y en algunos casos las películas te muestran de una manera gráfica una nueva historia, todos lo hacemos, incluso en algunas ocasiones yo lo hago, ese es mi tiempo libre pensar en cosas durante dos o tres horas, sobe todo leer y ver televisión”, dice en tono sonriente.

En su opinión, los gustos de la gente se han inclinado también al entretenimiento televisivo y ahora con el apoyo de las redes sociales la audiencia tiene un nuevo impulso para ver la televisión, lo que genera competencia para atraer nueva audiencia.

Al cuestionarle cuál es el mayor temor que tiene el maestro del suspenso, subraya:

Muchos tienen miedo a la gente o accidentes, pero lo único que me aterra es el Alzheimer, "mi cerebro es mi pensamiento también y claro que perder esas ideas o mis pensamientos o mi imaginación es lo que más me atemoriza". (Ismael Lozada para Notimex)