jueves, 23 de enero de 2014

enero 23, 2014
COLOMBIA, 23 de enero de 2014.- De acuerdo a Amnistía Internacional, procedimientos políticos locales, la raza y el lugar del crimen pueden jugar un papel aún más decisivo que las circunstancias del mismo.


Casos como el del mexicano Édgar Tamayo Arias, el cual tiene programada su ejecución para hoy a las 6 de la tarde hora local en Texas, han sucedido en Estados Unidos desde 1974 y a la fecha 142 personas que se hallaban esperando a ser ejecutadas han sido exoneradas y puestas en libertad, muchos de estos casos estuvieron a tan sólo horas de ser consumados.

De acuerdo a Amnistía Internacional, procedimientos políticos locales, dinero, raza y el lugar donde se ha cometido, pueden jugar un papel aún más importante y decisivo que las circunstancias del mismo, así como esto hay algunas realidades al respecto de la pena de muerte en los Estados Unidos que la hace controversial.

1.- La realidad es que la raza tiene mucho que ver en los casos de sentencias de muerte. En 1987 el caso McClesky vs. Kemp en la Suprema Corte, estableció que cuando alguien mata a una persona blanca es 4 veces más probable que sea condenado a muerte.

2.- Se dice que la pena de muerte hace justicia a las familias de las víctimas, sin embargo ejecutar a alguien no ayuda a sanar estas heridas, ni brinda consuelo a las familias de la víctimas, en el mejor de los casos la ejecución puede ofrecer el sentimiento de “estar a mano”.

3.- Los Estados Unidos no es el único país que contempla la muerte capital como sentencia, de hecho más de 139 países en el mundo tenía en sus leyes este castigo, no obstante de acuerdo a Amnistía Internacional estos mismos han abandonado la práctica de la pena capital.

4.- Ni la iglesia ni en la Biblia se apoya la pena de muerte. A pesar de que algunos pasajes han sido utilizados para apoyar este castigo, la mayoría de los grupos religiosos en Estados Unidos se refieren a las ejecuciones como actos inmorales.

5.- Es más caro ejecutar a una persona que mantenerla con vida. Un estudio del periódico Dallas Morning News concluyó que cada caso de pena de muerte cuesta 2.3 millones de dólares, esta cantidad es cerca de tres veces lo que cuesta mantener a una persona en una celda de alta seguridad por 40 años.

6.- Otra realidad es que la pena de muerte no previene los actos criminales. El investigador Ernie Thompson, de Los Ángeles, examinó la tasa de acusados por homicidio antes y después de la ejecución de Robert Alton Harris, en 1992, y descubrió que la proporción de homicidios aumentó en los 8 meses que le siguieron a la misma.

7.- La pena de muerte no es la única alternativa. Los jueces de California tiene la opción de sentenciar a cadena perpetua sin posibilidad de fianza a quien comete homicidios en primer grado. Las ejecuciones no hacen nada para tratar las causas de los crímenes violentos. (Carlos Yepez para Publímetro)