jueves, 23 de enero de 2014

enero 23, 2014
Violar los estándares éticos de Associated Press al alterar una fotografía tomada en Siria el pasado otoño. Éste ha sido el argumento esgrimido por la agencia para romper su relación con el fotógrafo free lance Narciso Contreras. Precisamente su trabajo en Siria le valió a este reportero mexicano, junto a otros cuatro fotoperiodistas que trabajan para esta agencia -entre ellos el español Manu Brabo-, el Pulitzer de fotografía en la última edición de estos prestigiosos premios. No obstante, desde AP han asegurado que ninguna de las imágenes que componen el reportaje ganador presenta irregularidades.


Algo que, a la vista de las fotografías difundidas por la agencia estadounidense, sí ocurre en esta instantánea de Contreras, que eliminó la cámara de vídeo de un compañero que aparecía en una de las esquinas del encuadre. El propio fotógrafo ha reconocido lo ocurrido, asegurando que tomó una decisión equivocada al borrar la cámara de la toma original, pero que sólo pretendía eliminar un elemento que podía distraer la atención del espectador.


Según el relato de AP, después de que el fotógrafo confesara haber clonado y alterado partes de esa imagen, se retiró la instantánea del archivo. También se procedió a revisar y comparar con los originales las casi 500 fotografías de Contreras que había distribuido la agencia, sin que se detectaran más casos.

El fotógrafo, por su parte, ha asegurado que se trata de un hecho puntual causado por las duras condiciones y la presión con la que estos profesionales trabajan. Desde AP se recuerda que la normativa de la agencia permite la edición de las imágenes para aclarar u oscurecer las tomas, pero en ningún caso se puede dar por buena una alteración como ésta. De ahí –explican- la rápida y contundente reacción a la hora de romper sus lazos con el reportero. (La Repubblica / quesabesde.com)