lunes, 22 de agosto de 2016

agosto 22, 2016
MÉXICO, 22 de agosto.- El sexting es un fenómeno relativamente nuevo en nuestra sociedad, y hace referencia al envío virtual de contenidos (fotografías y vídeos) eróticos y sexuales, realizado principalmente a través de los smarthphones. Practica que se da principalmente entre parejas jóvenes, aunque no es necesariamente una regla.


Como tal, esta actividad es considerada como una extensión de la sexualidad de las personas por lo que se considera como un derecho, de acuerdo a los comentarios vertidos por los especialistas en el tema durante el foro sobre sexting, celebrado este pasado viernes, en el Museo del Estanquillo,  en el marco de la Semana de las Juventudes. 

En el foro convocado por el Instituto de la Juventud (Injuve) de la ciudad de México, participaron especialistas en derechos digitales como Carlos Brito, director de la Red de Defensa de Derechos Digitales, Gisela Pérez de Acha, abogada de la organización civil Derechos Digitales y la periodista Catalina Ruiz Navarro.

El tema recientemente ha tomado un lugar dentro de las políticas públicas dirigidas a los jóvenes, las cuales principalmente advierten de los potenciales riesgos que tienen estas prácticas, siendo uno de ellos la llamada “porno venganza”. A partir de este escenario y los debates que han surgido a su alrededor es que los especialistas abordaron el tema.

Carlos Brito dijo que las nuevas tecnologías y los avances en comunicación virtual plantean nuevos retos en el campo de los derechos, pues suele considerarse que la realidad virtual no es real. Sin embargo, consideró que esto no es del todo cierto, pues detrás de las tecnologías se encuentran personas reales usándolas, por lo que esta realidad virtual es sólo otra extensión de la vida de las personas. Y por supuesto, la sexualidad tiene un espacio en esta extensión de la vida.

El sexting, explicó, como práctica relacionada con la sexualidad de las personas es un derecho y como tal debe de estar garantizado por el Estado, en el entendido de que éste debe promover los derechos humanos, y el ejercicio de la sexualidad es uno de ellos. Pues bien, el sexting es el derecho de todas las personas a ejercer una sexualidad libre y segura, bajo los términos que cada persona convenga y en el ámbito que sea de su elección, como lo puede ser a través de internet con el uso de smarthphones.

Campañas paternalistas

Sin embargo, las y los panelistas advirtieron que campañas como las que ha impulsado el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) para “prevenir” el sexting, se ha encargado de crear alarmismo entre los jóvenes principalmente al censurar esta conducta como una práctica nociva al moralizarla. Por lo cual, recomiendan que no realicen esta actividad. Esto último bajo la premisa de que el sexting vulnera a las personas, pues corren el riesgo de que sus fotos y/o vídeos sean compartidos sin control en internet y redes sociales.

Al respecto, Gisela Pérez, calificó de absurda la medida, pues buscar restringir esta práctica desde políticas públicas es como tratar de restringir las relaciones sexuales. Y hacer esto es equivalente a negar el derecho de cada persona a ejercer su sexualidad.

Agregó que el sexting puede ser una práctica riesgosa, al igual que las relaciones sexuales y muchas otras actividades. Pues existe la posibilidad de que efectivamente el contenido erótico o sexual sea compartido más allá de las personas involucradas. Sin embargo, esto no justifica que existan campañas que, bajo el pretexto de concientizar sobre los potenciales riesgos de esta conducta, lo vuelvan “un asunto paternalista y moralino”.

Una campaña, dijo, que además se encuentra atravesada por construcciones de género que censuran y castigan el cuerpo femenino, así como el ejercicio de la sexualidad por parte de las mujeres. Añadido a esto, el Inai parece seguir esta idea de que la culpable de las potenciales consecuencias es la mujer por comportarse como “una zorra”, concluyó.

La sexualidad ética frente a la “porno venganza”

Catalina Ruiz destacó el carácter político del sexting. Actualmente, dijo, la innovación tecnológica ha permitido a las personas retratarse así mismas de la manera en que quieren ser vistas, y esto incluye la manera en que manejan su propia sexualidad. Esto es algo revelador, apuntó, especialmente entre las mujeres a quienes históricamente se les ha negado su sexualidad e incluso el reconocimiento sobre su propio cuerpo.

Coincidió en el hecho de que el sexting puede tener su riesgo, sin embargo, advirtió que no por ello debe de estar regulado por políticas públicas del Estado. Por el contrario, dijo, una verdadera solución ante los potenciales riesgos tiene que ver con la difusión de una “sexualidad ética”.

Esto se refiere al respeto que debe de existir entre las personas involucradas con esta práctica, donde cada uno debe ser consiente que si reciben o envían contenido erótico de manera virtual, deben de respetar la confianza y no distribuirlo a terceros.

Esto último, enfatizó tiene que ver con una manera de ver la sexualidad que usualmente castiga la libertad sexual, al considerarla como vergonzosa. Si tal concepción no existiera y la libertad sexual no fuera motivo de vergüenza, fenómenos como la “porno venganza” serían evitables, pues fotografías y vídeos eróticos de carácter privado no serían usados como armas; y en todo caso, distribuirlas podría ser regulado bajo el castigo social.  

Para quienes desean enviar fotos (íntimas -candentes- eróticas- hot) a su pareja, parejas o lo que se parezca, Social Tic, Las Luchadoras TV y El País han elaborado una guía de cuidados básicos para evitar que la situación derive en un mal momento. Consúltala aquí: http://socialtic.org/post/149044823648/consejos-para-hacer-sexting-seguro (Ariel Cruz Ortega)