lunes, 22 de agosto de 2016

agosto 22, 2016
Pedro Echeverría V.

1. “Nos quejamos, pero la actividad bancaria está creciendo de cuatro a cinco veces el producto interno bruto, tanto en créditos como en depósitos. Realmente los mexicanos están depositando su dinero y realmente estamos prestando. Son datos públicos para todo el país y toda la banca. Los bancos no inventamos hoy que mañana nos van a pedir un préstamo, los vemos venir, los preparamos durante meses, en el caso de los grandes créditos. Y se ve venir que todavía va a haber mucha demanda de crédito”.  ¿Creen los luchadores sociales que con este “maravilloso bienestar de los mexicanos” Peña Nieto y su gabinete estén prestos a renunciar o a perder apoyo empresarial?

2. Es de lo que muchos pesimistas nunca hemos tenido dudas: de la enorme fortaleza de la clase gobernante gracias al total respaldo de los más poderosos millonarios del país, así como de la dependencia de los inversionistas yanquis. Puede caerse el precio del petróleo, puede devaluarse la moneda, puede crecer el número de desempleados, pueden asesinarse a 100 mil mexicanos, pero el apoyo mutuo de banqueros/empresarios/gobierno es la poderosa columna que sostiene el bastión capitalista. Pienso que puede haber presidentes y secretarios de Estado muy papanatas, muy ignorantes, pero el aparato de poder donde interviene la clase dominante, es fuerte.

3. Por ello el banquero, un tal Marcos Ramírez de Banorte señala que  “Pasó ya en 1994, con el Tratado de Libre Comercio, que entró en vigor al mismo tiempo de la aparición del Ejército Zapatista, y pasó literalmente de noche. Ahora, 22 años después, es una reforma que todo mundo dice: mis respetos. Las 11 reformas aprobadas en el actual gobierno son de calado muy grande, pero con efecto de mediano y largo plazos. Los efectos, por ser reformas de gran calado, se ven dentro de tres, cuatro o cinco años y luego para toda la vida, pero tienen una meseta de madurez donde tenemos que esperarnos un tiempo; la gente las sobredimensionó a corto plazo”.

4. Muchas veces en las luchas sociales hemos “cantado victoria” creyendo que “paramos algunas acciones agresivas de la burguesía contra el pueblo con nuestras movilizaciones” sin darnos cuenta que la burguesía sólo toma otro camino para continuar con su proyecto. ¿Duda alguien que el TLC no pudo pararse y que las 11 llamadas reformas estructurales se están instrumentando en todo lo que va con la absoluta aprobación de la gran burguesía? Por ello todos los gobiernos, sobre todo a partir de 1982 que se impuso la total privatización, han estado estrechamente aliados con los poderosos empresarios, pero sobre todo con Televisa, TV Azteca, Milenio y Tele fórmula.

5. Desde el 10 de junio pasado discutía acaloradamente frente a la Nacional de Maestros, antes de la manifestación de estudiantes, acerca de que el gobierno podría aceptar la “abrogación de la Reforma Educativa” con el fin de arreglar otra tras bambalinas” y que lo más importante era la liberación de los presos, la devolución de plazas a los cesados, así como los descuentos, el pago de los salarios que debe el gobierno y la suspensión de órdenes de aprehensión. Que el gobierno podría instrumentar mil trampas para seguir engañando porque la privatización educativa muy avanzada no la va a parar. ¿Qué han sido los planes y programas en todos los niveles en educación sino planes de la burguesía?

6. Los banqueros, grandes industriales y comerciantes saben –con base en las enormes riquezas que poseen- que el TLC o TLCAN los ha hecho los hombres más ricos del mundo. Quebraron decenas de miles de negocios que no pudieron competir por falta de capital, pero la minoría más poderosa pudo asociarse y convertirse en los pocos dueños del país. La carita risueña llena de felicidad del banquero Ramírez  me parece una enorme burla para el pueblo desempleado, hambriento y pobre que sufre o trabaja en beneficio de un puñado de explotadores. Por ello Ramírez no puede más que expresar que sería bueno viajar por el mundo para comprobar que México está muy bien.

7. Para expulsar del poder a esta maldita burguesía explotadora y opresora –la única culpable de la miseria en el pueblo- los trabajadores necesitamos mucha mayor fuerza, así como multiplicar nuestras acciones. Basta ya de ilusionarnos que la podemos vencer con poco porque tenemos la razón. Nada de eso, ellos –toda esa clase social- tienen la fuerza del dinero que cada día acumulan más en los bancos; controlan la ideología que difunden por los medios de información, así como las leyes y un estado policiaco que usan para someter. Las batallas las ganaremos nosotros, pero sin ilusionarnos en que se están derrumbando nuestros enemigos y que sólo les falta un empujón. (22/VIII/16)