miércoles, 8 de julio de 2015

julio 08, 2015
Casimiro García-Abadillo / Contrapoder

El comisario para Asuntos Económicos de la UE, Pierre Moscovici, declaró ayer: "Necesitamos utilizar (en Grecia) la ayuda humanitaria pase lo que pase. Los griegos no dieron la espalda a Europa. Nosotros no debemos dar la espalda a los griegos".

"Pase lo que pase". Es decir, que, independiente de que el próximo domingo el Consejo Europeo ampliado a sus 28 miembros decida aprobar el tercer plan de rescate para Grecia, será necesario que la UE ponga en marcha un plan de ayuda humanitaria para los más desfavorecidos, que incluirá en envío de alimentos, medicinas, etc.

¿Es tan grave la situación? En los últimos días se ha percibido no ya sólo que algunos cajeros se quedaban sin dinero, sino que había falta de ciertos productos de primera necesidad. En estos momentos, ningún exportador envía ya mercancías a Grecia si no es con el pago por adelantado.

"Confío en que en los próximos dos o tres días seremos capaces de cumplir las obligaciones en el mejor interés de Grecia y de la eurozona", dijo Tsipras ante los eurodiputados reunidos en Estrasburgo, Francia. (AP).

Una fuente cualificada estima que este año el PIB de Grecia podría caer un 7%. Parece que Alexis Tsipras no midió las consecuencias de tener a la economía griega sometida a controles de capital y sus bancos cerrados durante casi dos semanas.

¿O tal vez sí?

La intervención ayer en el Parlamento Europeo del primer ministro griego (jaleado tanto por el líder de Podemos, Pablo Iglesias, como por los jefes más destacados de la extrema derecha europea), asumiendo responsabilidades y pidiendo "soluciones europeas", tranquilizó un poco a los que todavía no se fían de sus verdaderas intenciones.

Veremos que ocurre cuando se conozcan los detalles de la propuesta para el tercer rescate.

Ante el comportamiento errático de Tsipras, algunos políticos europeos estaban convencidos de que el objetivo último del primer ministro griego no era otro que la salida del euro.

Una información recabada a instancias del MEDE (European Stability Mechanism) durante meses y sobre el terreno en Grecia ponía de manifiesto que dentro de Syriza existe un núcleo duro que representa en torno al 30% de la coalición que está en contra de cualquier acuerdo con la UE .

El organismo dirigido por Klaus Regling hizo llegar esa información a las cancillerías europeas.

Syriza es una coalición electoral formada por trece grupos de distintas tendencias, entre los que destacan agrupaciones trostkistas y maoístas que defienden abiertamente la ruptura con la UE. Uno de los representantes de ese ala radical es el ministro de Medio Ambiente y Energía, Panayiotis Lazafanis  (procedente de Synaspismos). El ahora líder de la Plataforma de Izquierdas defiende la vuelta al dracma y ha definido a las instituciones europeas como un "gobierno totalitario".

Si a ese grupo de extrema izquierda se suman los grupos de extrema derecha griegos (Amanecer Dorado) que preconizan la salida de la UE, un movimiento de ruptura de Tsipras contaría con un amplio respaldo entre la opinión pública.

Sin embargo, tanto el planteamiento del referéndum, que nunca se presentó ante los ciudadanos griegos como una ruptura con Europa, como la destitución de Varoufakis (también en el ala izquierda de Syriza) y su sustitución por el moderado Euclid Tsakalotos, han sido valorados por los gobiernos europeos como gestos que apuntan a que Tsipras ha decidido optar por el pragmatismo, aún a riesgo de la ruptura con ese 30% de su coalición que lo que pretende es aplicar en Grecia un programa netamente comunista. (elmundo.es)