sábado, 12 de diciembre de 2015

diciembre 12, 2015
Juan Acuesta Rodríguez

He estado atento a lo relativo al incidente que propició el cura de Tahdziú, Pbro. Manuel Chuc Canté, en una misa de quince años. Definitivamente, todo esto ha generado un escándalo alrededor de la religión católica, más aún de los detractores de esa religión y de gente que se encuentra en las redes sociales.


Definitivamente, la actitud del presbítero es reprobable. Más aún cuando toca a la niña por la cual se oficiaba la misa, puesto que por ningún motivo tenía por qué tocarla y mucho menos en la forma en que lo hizo; su homilía, por cierto en maya, fue ofensiva no sólo a la festejada sino a todo el catolicismo. No justifico ni entiendo por qué razón actuó de esa manera el Cura, a quien le recuerdo que ni siquiera Jesucristo fustigó a María Magdalena por lo que había hecho, sino que le aconsejó no vuelva a pecar y ha sido perdonada, y sí exhibió a sus detractores, a quienes dice: “El que esté limpio de pecado, que arroje la primera piedra”.

No sé cómo en el seminario pueden ordenar a personas con esa mentalidad inquisitorial. Creo que el seminario debe procurar ser más selectivo con las gentes que entran a formarse como sacerdotes. No deben perder de vista que son las personas que han de llevar la Palabra del Señor pero que también en cada Eucaristía van a tener un encuentro con Él, por consiguiente son voz y brazos del Señor, definitivamente los jerarcas de la Iglesia deben tomar cartas no solamente en este asunto, como ha hecho la Arquidiócesis de Yucatán, sino transmitirles a todos los sacerdotes, de una manera constante, que son pastores y servidores de Dios y no son los jueces, mucho menos ejecutores de ningún ser, por lo que es preciso puntualizar sobre estos conceptos y vivir la vida del pueblo.


He escuchado a otros sacerdotes cómo fustigan a la gente que adora a la Santa Virgen María de Guadalupe, sobre todo a los antorchistas porque si es cierto que exponen sus vidas y las de otros en carretera, también es cierto que es una devoción y una cultura que no podemos erradicar y que año con año, quieran o no, se va a dar así como las grandes peregrinaciones que en estas fechas de diciembre e incluso fuera de este mes se dan a la Basílica de Guadalupe en el Distrito Federal.

Entonces, pues Sr. Arzobispo y miembros del Gobierno clerical, hagan más humanos de lo que somos a su orden sacerdotal y de esa manera se evitarán tantos y tantos escándalos que ya de por sí existen alrededor del catolicismo.

En lo referente a lo del Cura de Tahdziú no sé si lo indicado es quitarle la orden sacerdotal pero sí creo es preciso reprenderlo fuertemente y ponerlo en un tiempo indeterminado de reflexión, porque una disculpa no basta ante la grey católica y la familia de esta niña que cumplió 15 años.

Creo que el Adviento es la espera y la preparación para conmemorar la grandeza del Cristianismo, que son dos momentos preciosos de nuestra religión: el Nacimiento y la Resurrección.


No seamos fanáticos, seamos católicos cristianos y sumemos junto con la orden sacerdotal acrecentar más la fe en Cristo.

Es cuanto.