sábado, 12 de diciembre de 2015

diciembre 12, 2015
MÉRIDA, Yucatán, 12 de diciembre.- La arqueóloga Beatriz Repetto Tió impartió este viernes por la mañana, en el marco de la última jornada del Segundo Simposio de Cultura Maya Ichkaantijoo, la conferencia "Aedes aegypti, el insecto transmisor de males históricos en Yucatán".

Beatriz Repetto, investigadora del Centro INAH Yucatán (foto: JMRM)

La investigadora, quien labora en la sección de Etnohistoria del Centro INAH Yucatán, inició su exposición señalando que el mosquito Aedes aegypti es el transmisor del Chikungunya, el dengue, la fiebre amarilla y el zika.

Respecto a la fiebre amarilla, indicó que ésta fue descrita por primera vez en el Siglo XVII, cuando la epidemia azotó las ciudades de Campeche, Mérida y Valladolid, por Diego López de Cogolludo.

Muchos no pasaron del tercer día y muy pocos llegaron al sexto, los cementerios quedaron llenos. La epidemia duró dos años. Quienes salieron huyendo y regresaron tiempo después, murieron por la misma, recordó la expositora.

Ante esta situación, el Cabildo aprobó que la Virgen de Izamal fuera traída a Mérida con el fin de pedir que parara el "castigo divino".

"Se señala como causa de la peste el castigo divino", mencionó, explicando que los indígenas así lo vieron cuando la enfermedad golpeaba primordialmente a los españoles.

Sin embargo, los indígenas que trajeron a la Virgen de Izamal se contagiaron del mal, que azotaba más duramente a los más sanos y robustos, y murieron.

Para 1924, la fiebre amarilla ya había sido erradicada en México. Sin embargo, fue la excesiva confianza de las autoridades sanitarias, comentó, lo que dio pie a que a finales de la década de 1960 volviera a aparecer el dengue, mal al que ahora se suman el chikungunya y el zika.

Repetto también hizo mención de las plagas bíblicas y la peste negra que azotó Europa durante la Edad Media.

Centrándose en los mosquitos, dijo que algunos documentos de la antigüedad en diversas regiones del mundo dejan constancia de su existencia, siendo la más antigua la descripción que hizo Aristóteles, quien sostenía éstos nacían espontáneamente de aguas putrefactas. Estos insectos, señaló, se desarrollan mejor en zonas tropicales y subtropicales.

En el siglo XVII, indicó la oradora, se realizó una observación más cuidadosa. Sin embargo, no fue hasta la edad moderna que se comenzaron a identificar las causas de las enfermedades que fueron, por tanto tiempo, flagelos de la humanidad, tal como la peste negra, la tuberculosis y otras varias.

La investigadora señaló que en Maxcanú hubo, en un lapso de 74 años, seis crisis mortíferas, asociadas con los males transmitidos por los mosquitos.

Horas después, durante la clausura del Simposio, destacó que éste brinda una oportunidad para ponerse al día con el trabajo de otros investigadores, reconociendo el esfuerzo de Ángel Góngora Salas en la organización del mismo. También estuvo presente Felipe Flores, administrador del Centro INAH, en representación del delegado Eduardo López Calzada, además de varios investigadores que laboran en la dependencia federal.