lunes, 7 de abril de 2014

abril 07, 2014
El artista gráfico Saint Hoax, conocido por sus polémicas ilustraciones de líderes políticos travestidos, esta vez usó a los villanos de Disney para caracterizar a varios líderes mundiales, entre ellos Hillary Clinton, Vladimir Putin, Barack Obama o Dilma Roussef. El presidente de México, Enrique Peña Nieto, también fue caracterizado como un villano de la casa de Mickey Mouse.(Milenio)

PoliVillians es el nombre de esta colección donde el artista llama "villanos no héroes" a los políticos. Enrique Peña Nieto, Presidente de México, es Gastón de la Bella y la Bestia.

El líder norcoreano Kim Jong-un se convirtió en la reina de corazones de Alicia en el país de las maravillas. Hace unos días, Kim ordenó que todos los hombres de Corea del Norte debían portar su corte de cabello.

El artista creó un poema que acompaña a la galería donde dice "No hay nada de hadas en este cuento, ellos cambian la hoja para llegar a un capítulo más oscuro". Vladimir Putin fue transformado en el villano de El Jorobado de Notre Dame.

"Ellos hacen que no exista un felices por siempre", afirma en los versos que acompañan a las imágenes. Aquí Hillary Clinton es representada como la Reina Malvada de Blanca Nieves.

Los políticos son una muestra de las "mentiras visuales" de nuestra sociedad, dice Saint Hoax. Barack Obama como el brujo de magia negra de La princesa y el sapo.

Para Saint Hoax no hay diferencias entre políticos de izquierda o derecha. Dillma Rousseff es una madrastra "brasileña" de la película de Cenicienta.

Nicolás Maduro es el capitán Garfio venezolano, enemigo del país de Nunca Jamás.

Sarah Palin, representante del grupo ultraconservador estadunidense 'Tea Party', fue presentada como la famosa Cruella De Vil, villana de la cinta 101 dálmatas.

Ni siquiera la difunta primer ministra de Reino Unido, Margaret Thatcher, impulsora del sistema económico de privatizaciones, se salvó de la parodia. Aquí está dibujada como la villana de Las locuras del emperador.

Jafar Sarkozy. El artista combinó al villano de Aladín, obsesionado con el poder, con Nicolás Sarkozy, el ex-presidente de Francia, para crear este personaje.