lunes, 7 de abril de 2014

abril 07, 2014
Ariel Avilés Marín

Hace algunos años, en el mercado de Motul, mientras desayunaba, a mis espaldas escuche, sin proponérmelo, una conversación entre dos individuos. Uno le dijo al otro: - ¿Qué te vas a Mérida? - Si, le respondió el aludido - Voy al doctor. Voy a ver al "Chacato" Avilés. - ¡Ah, le respondió el primero, el doctor que no cobra! En mi interior, sentí un legítimo orgullo; ¿Cómo no sentirlo? Si, era verdad.


Tío Chacato era un hombre verdaderamente bondadoso, caritativo; un auténtico prohombre en el más estricto sentido de la palabra. Esa calidad humana era reconocida por propios y extraños. No he conocido a una sola persona que no me hablara maravillas de la manera de ser y de darse, sin restricción alguna del Dr. Carlos H. Avilés Cuevas.

Deportista pundonoroso, representó a nuestro estado en fútbol a nivel nacional; formando mancuerna con su hermano Edmundo, poderoso defensa del equipo de Primera Fuerza de la Escuela Modelo y él, ala derecha, como se le llamaba en los antiguos tiempos del balompié; bajo las órdenes del inolvidable tío Juan, Don Juan N. Cuevas.

Después de cursar los estudios de medicina general, en la facultad correspondiente de la entonces Universidad de Yucatán; partió a cursar estudios en La Habana, Cuba, para especializarse en Urología; una ciencia nueva en nuestro medio y de la cual fue pionero indiscutible.

Como hombre de convicciones sociales, aprendidas de su padre, fue fundador del Hospital 20 de Noviembre de Henequeneros de Yucatán, donde por muchos años brindó servicios de la mejor calidad a los trabajadores de la industria henequenera, a los más desposeídos de toda la sociedad yucateca.

Era hermoso ver su amplia sonrisa al rememorar esos tiempos del "Querido veinte", como él lo llamaba, dando lo mejor de sí al servicio del pueblo yucateco, con la mas absoluta convicción del servicio social en su más profundo sentido.

Ya en el IMSS, formó parte de varias directivas del Sindicato de Trabajadores del Seguro Social, trinchera en la cual luchó por los derechos de los trabajadores de la institución, logrando conquistas y derechos para ellos. Lugar aparte merece su labor como educador.

Al frente del Consejo de Administración de Escuela Modelo S. C. P., logró el rescate y consolidación de la institución, hasta lograr que volviera a ocupar el primerísimo lugar que ocupa en la actualidad.

En 1992, al cumplir 20 años al frente del Consejo de la institución, en el marco de una cena - homenaje, hizo un anuncio formidable: "Es el momento, dijo, de abrir la Universidad Modelo y proyectar a nuestra escuela en el campo de la educación superior".

Su sueño se llevó a cabo y en septiembre de 1997, inició sus labores la Universidad Modelo, proyecto que continúa creciendo día a día.

En enero de 2002, la Legislatura del Estado le otorgó la Medalla "Héctor Victoria" como pionero de la urología en nuestro estado. En 2005, la Liga de Acción Social le otorga la Medalla "Gonzalo Cámara Zavala" por su labor en pro de la educación y le nombra Socio Honorario Correspondiente. En febrero de 2011, al separarse de la presidencia del Consejo de Administración de la Escuela, después de 39 años de brillante labor, la Escuela Modelo le otorgó la Medalla de Honor "Dr. Silvio A. Zavala Vallado" y le nombró Presidente Honorario Vitalicio.

El tiempo cobra sus réditos y la fecunda vida vida del Dr. Avilés se fue apagando lentamente, como una brillante llama que se consume en el tiempo y en el espacio, pero persistirá iluminando el camino de todos aquellos que creemos que se puede vivir siguiendo el zumbido de una abeja de oro que nos dice: Laboriosidad y Perseverencia. De una campana que canta con su voz de metal: Para si, para todos. Y de un arco que nos recibe cada día y nos dice: Trata a los demás como quieras que te traten a tí.

A todos los amigos se les invita a acompañar el depósito de sus cenizas el lunes 7 del presente a las 19:00 horas en el Centro Comunitario de Itzimná.