martes, 3 de diciembre de 2013

diciembre 03, 2013
CIUDAD DEL VATICANO, 3 de diciembre.- El consejo de los ocho cardenales que Jorge Mario Bergoglio nombró para que lo aconseje en el gobierno de la Iglesia universal y en la reforma de la Curia romana se reunió por segunda ocasión en el Vaticano (desde hoy y hasta el próximo jueves); esta mañana afrontaron el tema de la reforma de la Curia a partir del dicasterio vaticano responsable de la liturgia, según lo que refirió a las 13 horas el portavoz papal, Federico Lombardi, en un encuentro con los periodistas en la Sala de prensa vaticana.

El Papa se reunió este martes por segunda vez con los ocho cardenales que lo asesoran en la reforma de la Curia Romana, el llamado G8 del Vaticano, quienes deben ayudarlo a revisar la Constitución Apostólica de 1988, tras años de escándalos y críticas contra la maquinaria del gobierno central de la Iglesia católica. La Constitución Pastor Bonus fue adoptada por Juan Pablo II en 1988 y reglamenta específicamente la Curia Romana. (AFP / Osservatore Romano)

Así pues, comienza la modificación del organigrama vaticano con la segunda reunión del “C8” que continúa trabajando en un proyecto de revisión de la Curia, después de la primera reunión de octubre. La reforma de Papa Francisco, que ya está en marcha, tiene tres direcciones. La primera es una mayor receptibidad del Vaticano a las instancias que llegan a Roma de las Iglesias locales de todo el mundo; la segunda, que será afrontada en estos días, es una racionalización de las estructuras de la curia; la tercera, a largo plazo, es un replanteamiento del Estado vaticano.


«Durante las reuniones antes del Cónclave –explicó en una entrevista a “Il Regno” el cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga– se advertía (desde muchas partes) la necesidad  de que los cardenales que viven fuera del Vaticano estuvieran en condiciones para hacer escuchar su voz. Muchos de nosotros sostenían que Papa Bergoglio no estaba bien informado sobre la realidad. En la historia de los “vatileaks” se vio que es necesario contar con mayor información. Parecía que algunos documentos no llegaban a las manos del Papa. Se sugería que los documentos no llegaran solo a través de las nunciaturaas o de la Secretaría de Estado, sino que existiera, por así decirlo, la posibilidad de que un grupo de cardenales provenientes de diferentes continentes tuviera acceso al Papa. Una vez elegido, Papa Francisco trató de poner en práctica algunas de estas sugerencias».

Dos de las decisiones del Pontífice argentico ya han provocado un aumento de la comunicación entre Roma y el resto del mundo católico. La primera es el consejo de los cardenales. Coordinado por Maradiaga, forman parte, hasta ahora, el italiano Giuseppe Bertello, el chileno Francisco Javier Errázuriz Ossa, el hindú Oswald Gracias, el alemán Reinhard Marx, el congolés Laurent Monsengwo Pasinya, el estadounidense Sean Patrick O'Malley y el australiano George Pell; todos ellos cuentan con la ayuda del secretario mons.Marcello Semeraro, obispo de Albano. El calendario de las próximas reuniones del “C8” ya está fijado: después de las reuniones que acabarán el próximo jueves, habrá un tercer encuentro el 17 y el 18 de febrero del año que viene.

La Santa Sede envió a las conferencias episcopales de todo el mundo un cuestionario sobre la familia (que se ocupa de temas como el matrimonio entre personas del mismo sexo, los anticonceptivos, las parejas “de facto” o la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar) en vista de un sínodo extraordinario en 2014 y de un sínodo ordinario en 2015, convocados por el Papa para actualizar la pastoral sobre estos temas. La secretaría del sínodo se reunirá durante la última semana de febrero para analizar las respuestas al cuestionario.

Además, en febrero se reunirá también el Vaticano el Consejo de los 15 cardenales para el estudio de los problemas logísticos y económicos de la Santa Sede; después, el consejo de los ocho cardenales y, para concluir el mes, llegarán a Roma (el 20 y el 21 de febrero) los cardenales de todo el mundo para reunirse con el Papa, pues celebrará su primer Consistorio para la creación de cardenales. En el terreno de “descentralización”, también podría haber novedades en el campo de las competencias de las Conferencias episcopale nacionales.

Bergoglio, por lo demás, ya comenzó a sanar las estructuras económicas vaticanas. Decapitó la cúpula del IOR y a los cuadros dirigentes de la Apsa (Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica), creó dos comisiones referentes sobre estos dos entes y nombró recientemente a su secretario, mons. Alfred Xuereb, como “vigilante” de ambas; continúa con el adecuamiento normativo a las normas anti-reciclaje y en contra del financiamiento al terrorismo vigilado por el Consejo Europeo a través de Moneyval; encargó a Promontory group y a Ernst&Young la vigilancia de las cuentas del IOR, de la Apsa y del Gobernatorado. Además, el Papa pretende racionalizar la máquina vaticana. Los encargados de los dicasterios, los nuncios apostólicos, los cardenales deben poder acceder con mayor facilidad al Papa. Debe haber una mayor coordinación interna.

Y el punto fuerte de este nuevo proyecto es el nuevo Secretario de Estado, mons. Pietro Parolin, diplomático experto y apreciado desde hace tiempo por Bergoglio. El próximo jueves por la noche presentará en el Agostinuanum de Roma un libro en compañía del cardenal Maradiaga. Su papel debería ser el de “secretario papal” que cree las bases para replantear el significado mismo del papado, pues el Papa debe ser, como pretende Bergoglio, obispo de Roma y no un monarca vaticano. (Vatican Insider)

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