martes, 3 de diciembre de 2013

diciembre 03, 2013
OAXACA, 3 de diciembre.- La escuela secundaria de Los Ángeles, en Oaxaca, fue abierta a las siete de la mañana. De prisa, los estudiantes ingresaron a las aulas que el domingo limpiaron los padres de familia.

Madres de familia armadas con varillas, palos y bates de béisbol (foto: El Universal / Jorge Ramos)

El jueves pasado, 600 maestros de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) arrebataron por la fuerza el preescolar, la primaria Hermanos Flores Magón y la secundaria, pero abandonaron la plaza todo el fin de semana, por lo que un grupo de habitantes presionados por la sección 59 recuperó los inmuebles.

Una hora más tarde llegaron a la primaria. Frente a la escuela que fue escenario de violencia el jueves pasado había una patrulla de la Policía Estatal.

—¿Qué te parece que ya ingresaron de nuevo?

—Bien, porque debemos de estudiar —responde una niña.

—¿Y no temes que pueda haber violencia de nuevo?

—Sí, pero poquito —dijo y sonrió.

—¿Qué te han dicho tus papás?

—Que puede pasar algo, pero que no llore porque se ponen ellos nerviosos —contestó.

—¿Si pasa algo, te dijeron que tendrías qué hacer?

—Sí —respondió segura.

—¿Y qué harías?

—Irme a mi casa.

La sección 59 ha sido la más interesada en no ceder el territorio a su adversaria la sección 22. Empujan a los padres de familia a no tener miedo. “Esto no es un campo de batalla, pero que no se aprovechen del asunto psicológico para meter miedo. La sección 22 no va a venir y si vienen no nos confrontemos”, dice Victorio Jesús Díaz Aguilar, miembro de la dirigencia de la sección 59, al tratar de dar valor a los padres.

Aleccionan a los niños. Ante la presencia de periodistas, los forman en la entrada de la primaria. Los equipan con banderas blancas. “Griten”, les recordó una voz. “Queremos paz, queremos clases”, corean los niños.

“No vinieron todos”, comentó una mamá.

“No pasa nada”, dice otra a su hija. La sección 22 no declaró nada. Aunque juegan con la idea de que alistan una respuesta “contundente” a la afrenta.

Si no sale, quemamos la camioneta

Reynalda Obdulia estaba fuera de sí. “Si no sale Gerardo en cinco minutos le quemamos la camioneta”, gritaba nerviosa.

Un grupo de maestros de los 11 institutos tecnológicos de Oaxaca se reunieron en un hotel de la capital del estado para pulir su migración de la sección 22 a la sección 61, donde se encuentran agremiados sus pares de todo el país, unos 30 mil maestros de este nivel educativo.

A Gerardo López Pérez, el aludido, le temblaba la quijada. No se atrevía a cruzar la puerta. Unos 50 mentores de la sección 22 tenían media hora afuera del hotel, con toda la intención de “reventar” el encuentro.

Glafira Santos López, integrante de la dirigencia de la sección 61, explicó que de los mil 500 miembros de la sección 22 de los tecnológicos en Oaxaca, mil de ellos están en el proceso de formalización para abandonar el gremio. Por eso la ira.

El joven representante de la sección 22, Javier Paz Cruz, dijo que esos mil 500 agremiados son “históricamente” propiedad de ellos. Cómo que se van, le faltó agregar: “Se está conformando la sección 61 y en Oaxaca tenemos un acuerdo político por historia; históricamente los tecnológicos han pertenecido a la sección 22, entonces, es un golpe más a nuestra heroica sección y la sección 22 no va a permitir ese atropellamiento. Estamos aquí para aniquilar cualquier intento”, explicó el joven dirigente.

Reynalda Obdulia sigue molesta. “Cálmate”, le decían sus compañeras. Cuando por fin sale Gerardo López lleva dos maletas. Ella las toma, apenas las puede cargar y se las lleva. A Gerardo le sigue temblando la quijada y se lleva su camioneta antes de que cumplan la advertencia de quemarla. (Jorge Ramos para El Universal)

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