jueves, 23 de noviembre de 2017

noviembre 23, 2017
MÉRIDA, Yucatán, 23 de noviembre.- La creación del compositor Ludwig Van Beethoven, la Novena Sinfonía, podrá ser disfrutada por el público yucateco a través de la transmisión en vivo del concierto que ofrecerá la Filarmónica 5 de Mayo, en el Teatro de las Artes de la Ciudad de México.


La Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta) invita a sintonizar el recital que se llevará a cabo el sábado 25 de noviembre, a las 19:00 horas, en el espacio del Centro Nacional de las Artes (Cenart), mediante el enlace https://interfaz.cenart.gob.mx/video/9a_sinfonia_beethoven/

Bajo la dirección de Fernando Lozano, la agrupación estará acompañada por las voces privilegiadas de la soprano Enivia Muré, la mezzosoprano Mónica Covarrubias, el tenor Rogelio Marín y el barítono Jacob Bravo.

También participarán los coros Universitario de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), a cargo de Agustín Peñuela Cortés; y de la Compañía de Ópera de la misma institución, guiado por Magda Rey.

Previo a la obra del músico alemán, la Filarmónica ejecutará el tema “Ritual” del jalisciense Manuel Enríquez y que fuera lanzado en abril de 1973 por la Orquesta de la Radio Televisión Francesa, bajo la batuta de Luis Herrera de la Fuente. En esta partitura el autor refleja una combinación de misticismo con ánimos festivos.

Enríquez representa en la escena mexicana, la apertura decisiva hacia la vanguardia y la ruptura con las formas nacionalistas. Destacan en su haber “Trayectorias”, “Raíces” y sus cinco cuartetos de cuerda escritos entre 1957 y 1988.

Respecto a la Novena Sinfonía, los instrumentistas y los cantantes darán vida a una de las piezas más populares de la historia, cuyo proceso de composición se remonta a 1817, cuando la Sociedad Filarmónica Real de Londres realizó un encargo al extinto maestro.

Después de varios años, fue estrenada el 7 de mayo de 1824, rebasando las expectativas de la crítica. Beethoven, quien con todo y su sordera absoluta dirigió el acontecimiento, no pudo percatarse de las salvas de aplausos que el público dedicó a los intérpretes.

Fue la soprano Caroline Unger quien le tomó la mano y le hizo voltear hacia las butacas para darse cuenta del entusiasmo pocas veces registrado durante un concierto. (Boletín)

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