miércoles, 20 de septiembre de 2017

septiembre 20, 2017
Pedro Echeverría V.

1. Recuerdo que octubre de cada seis años es el mes que el PRI presenta a su candidato presidencial; por ello pienso que la renuncia del gobernador de Morelos Graco Ramírez a su precandidatura presidencial por el PRD es la primera de las muchas en el PRI, PAN, PRD e Independientes. Aunque ya también Fernández Noroña había renunciado a su candidatura independiente para apoyar a la de Morena. Me parece que esas renuncias aminoran la cantidad de oportunismo, ridiculez o mentadas de madre que representan en México desde hace un siglo los procesos electorales; son un poderoso engaño –ya bien ensayado y sólido- contra la población, mismo que ejerce el sistema y sus partidos.

2. El PRI, como lo ha hecho durante más de 70 años, presentará como candidato al que escoja el presidente Peña Nieto; obvio, el presidente habla de manera permanente con sus tres o cuatro amigos más cercanos tomando todas las precauciones para ver quién le conviene realmente. Nunca escoge el presidente al más capaz, mucho menos al honesto (que no existe); busca a quien mejor le puede “cuidar las espaldas” y tiene capacidad para bloquear cualquier acusación. Por ello, cualquiera que haga una breve historia de las sucesiones presidenciales encontrará que “en última instancia” es el presidente en funciones quien tiene el mandato definitorio. Osorio está en su corazón, Videgaray en su cerebro, Chong es popular y Meade en las negociaciones.

3. Parece que la selección en el PRD está decidida desde hace meses y he escrito dos o tres veces que será el tal Miguel Mancera. El Chucho Zambrano lo ha declarado con gran claridad y sin competencia. Por el lado del PAN parece estar muy adelantado el tal Ricardo Anaya, aunque puede tropezar por aquello de su riqueza y su relación con los EEUU. En cuanto a la Margarita Zavala como persona no tiene valor alguno y sólo depende de las negociaciones de su esposo el expresidente Calderón y su amasiato con Peña Nieto. Anaya y sus panistas podrán dirigir e imponerse en el Frente que han organizado; no creo que permitan que de plano Calderón, se coloque como el dirigente. Ello podría llevar al rompimiento inmediato.

4. En el caso del partido Morena no habrá otro candidato que pueda competir con López Obrador quien lleva 18 años haciendo campaña política. Como ya he escrito más de 20 veces no ha habido y seguramente no habrá personaje alguno que recorra el país completo, con los pueblos y diminutas y lejanas comunidades de la República; además que esa labor de realizar mítines en cada una de ellas, la ha hecho varias veces. Cualquiera que sea candidato del PRI, PAN, PRD, o “independiente” no habrá conocido ni soñado, con la mitad de las comunidades visitadas por López Obrador. Otra cosa será si lo dejarán ganar en un proceso electoral que nunca ha sido legal y si su estrategia de recorrer seis o siete veces el país haya sido la adecuada.

5. Esta es la descripción tradicional de la realidad existente, pero podrán surgir algunas cosas imprevistas: a) la candidatura de “última hora” de Videgaray con el apoyo del gobierno de EEUU; b) el rompimiento del PAN/PRD por la imposición del PAN; c) el resurgimiento de Monreal como candidato de la CDMX; d) confrontaciones que salgan del control y lleven a mucha violencia. ¿Cómo intervendrá Trump en México para garantizar que continúe siendo un gobierno igual o más arrastrado que el de Peña Nieto y antecesores? Mis deseos siempre incumplidos es que la población despierte y salga a la calle a luchar por sus derechos; pero eso posiblemente no lo veré ni en mis próximos 50 años de vida. (20/IX/17)

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