viernes, 13 de diciembre de 2013

diciembre 13, 2013
Juan Acuesta

Es cierto que en materia petrolera y energéticos, no se había dado ni un cambio en su ley, en su norma constitucional desde hace 75 años, pero también es cierto que en cuanto a salarios mínimos desde 1934 que se instituyó, por decreto del presidente sustituto de Pascual Ortiz Rubio, el General Abelardo L. Rodríguez, éste sí varía año con año pero de una manera raquítica*, y creo que también es prioritario analizarlo y sí implementar un salario real y sustentable, que, cierto es, no sacaría al mexicano pobre de su pobreza, pero sí le podría proporcionar mejor calidad de vida.

Para tal efecto  se requiere hacer un análisis profundo, y a partir de él, crear un cambio económico que por ningún motivo sea inflacionario, la riqueza en México es muy desigual, los hay muy ricos muy ricos y los hay pobres muy pobres, a esos últimos se les debe apoyar de alguna manera, ya que son los grupos vulnerables.

Es correcto que se analicen, aprueben iniciativas y reformas, pero también es muy cierto que de aprobarse, sus efectos se darán a mediano si es que no a largo plazo, creo que se debe crear un fondo emergente económico para poder llevar a cabo la reconsideración y reevaluación del salario mínimo, aclarando que esto se va a aplicar al salario mínimo y a los sueldos que no rebasen los $6,000.00 (seis mil pesos sin centavos, moneda nacional) mensuales, los salarios que estén por arriba de esa cantidad podrán esperar el efecto positivo de las reformas.

México es un país cuya grandeza muchos propios y extraños saben y conocen; sin embargo un mucho por gobiernos y dirigentes ineptos corruptos no permiten que esa grandeza aflore, y tan sólo unos cuantos cosechan esa grandeza, cuando el país y su gente se desgasta, se desangra; y otro poco, por las grandes potencias del mundo y sus intereses.

Señor Presidente, señores gobernantes, señores dirigentes, México merece ser respetado y hacerse respetar, de ustedes depende ese respeto y la misma población y ciudadanía les apoyaría en esas acciones que son por el bien de todos los mexicanos, de todos los que habitan esta noble tierra y de todos aquellos que nos visitan, no sería una dádiva, sino sería un acto de justicia a esa parte del pueblo que tanto lo requiere.

No es cuestión de protestas o de marchas, es simple y sencillamente cuestión de conciencia y dignidad, y que todos los que están en los poderes, sean los que verdaderamente deben estar, y no sólo por su propio bienestar, o de algún grupo político o bancada.

Soy mexicano de todos mis orígenes, y creo en un México grande, un país de respeto y con respeto, a mis hijos y a los míos siempre les he hablado de la grandeza de mi país y que ojalá mis ojos vean ese florecimiento tan anhelado.

Señores, México es la escena, estamos en ella, proporcionémosle el lugar, todos los premios y reconocimientos que merece nuestra bella y noble Patria.

*Salvo los años 1952 al 1970, en que se dio el llamado milagro mexicano, de ahí en adelante sólo ha habido decadencia y caída del poder adquisitivo del salario.



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