jueves, 14 de junio de 2018

junio 14, 2018
MOSCÚ, Rusia, 14 de junio de 2018.- El sorprendente buen estado de forma de Robbie Williams, estrella de la Ceremonia Inaugural -que en el programa de FIFA venía como «icono global»-, contribuyó a la ilusión de que pasan los Mundiales pero no el tiempo. Además estaban Ronaldo y Casillas portando la Copa junto a la modelo Natalia Vodianova. Cuando conectan con sus emisoras en el Centro de Prensa, a los corresponsales brasileños y argentinos se les oye comentar la belleza de las rusas. Parece que allí les preguntan. Aquí no vamos a incurrir en semejante cosa y tendrán ustedes que hacerse una idea.

Fueron presentados el balón «Telstar 18» y la mascota Zabikava -las mascotas no es que evolucionen mucho- y al final intervino el Poder. Putin inauguró el Mundial con unas palabrillas desde su Palco, no en el césped, a cierta distancia, y fue decepcionante que no se descolgara de un helicóptero o entrara a lomos de algún animal salvaje. Estuvo deportivo e internacional, sonaba como uno de nuestros políticos socialdemócratas, aunque no parecía lo mismo.



Cuando Gazinsky marcó de cabeza el primer gol del Mundial, Putin y el heredero saudí, Mohamed bin Salmán, se dieron la mano sobre el regazo de Gianni Infantino, que sonreía propiciatorio. El 1-0 había llegado pronto, en segunda jugada tras un córner y gracias al dominio inicial ruso. El fatídico Dzagoev se lesionó de nuevo y eso no le vino del todo mal a Rusia porque entró Cheryshev, más veloz y apto para el contragolpe. Con el 1-0, Rusia le había dado a Arabia Saudí la pelota sin ningún pudor y con ello todos los problemas. La posesión fue árabe, esto quizás sea una novedad mundialista. Hubo un par de buenas contras rusas, no muchas más, y en una de ellas Cheryshev marcó el 2-0 de bonito zurdazo. En Arabia Saudí destacó el central Osama, aunque quizás parte de la prestancia se la daba el nombre. El pichichi de la clasificación al Mundial, el delantero Al Sahlawi, apareció en una ocasión en cada tiempo.

La segunda mitad fue similar. Rusia, absolutamente tranquila en su campo. El seleccionador Cherchesov, exportero con aspecto de levantador de pesas antiguo, contó en la previa que sus jugadores se relajan jugando al Trivial Pursuit. No parece un equipo abrumado por la responsabilidad. Arabia tuvo el balón sin peligro alguno desesperando lentamente a su técnico Pizzi. Entró Fahad, el delantero del Levante, que solo corrió. Siete jugadores saudíes juegan en el Al Ahli FC y otros nueve en el Al Hilal FC.






Smolov dejó algún detalle, incluso intentó una sorprendente cola de vaca, pero falló las ocasiones que tuvo, así que Cherchesov lo cambió por Dzyuba y nada más salir marcó el 3-0. Dzyuba es un delantero clásico de 194 cms. de alto y posiblemente 100 de ancho que juega en el Arsenal Tula ruso.

Cuando el partido languidecía, Cheryshev marcó su segundo golazo, convirtiéndose así en la primera estrella del Mundial. Es difícil decirlo tan pronto, pero los jugadores rusos no dejan la sensación de frialdad lunar habitual de otros campeonatos.

Golovin puso la firma a su partido con un golazo de falta en el 90. Putin hizo un gesto de poca sorpresa, como si dijera «así hacemos ahora las cosas por aquí». (Hughes / ABC)

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