domingo, 30 de octubre de 2016

octubre 30, 2016
ESTAMBUL, Turquía, 30 de octubre de 2016.- Aunque ello podría significar el fin del intento de Turquía de formar parte de la Unión Europea, Erdogan anunció que "pronto" el país podría reinstaurar la pena capital.El Gobierno turco propondrá "pronto" un proyecto de ley para reinstaurar la pena de muerte. Así lo anunció ayer el presidente, Recep Tayyip Erdogan, en un discurso televisado desde Ankara. "Creo que el Parlamento va a aprobarla, y cuando llegue a mí voy a ratificarla", dijo Erdogan ante una multitud de seguidores que cantaba proclamas a favor de la pena capital.

"Pronto, pronto, no se preocupen. Pronto, si dios quiere", dijo, según declaraciones reproducidas por la agencia estatal de noticias Anadolu. Agregó que no le importaba cómo reaccionaría Occidente, ya que solo "lo que dice el pueblo es importante". Turquía dejó de lado la pena de muerte en 2004 como parte de sus postergados esfuerzos de unirse a la Unión Europea, pero Erdogan comenzó a hablar sobre reinstalarla desde el fallido intento de golpe de Estado, en julio pasado.

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan. (AP)

Líderes europeos han dicho que restaurar la pena de muerte podría significar el fin del intento de Turquía de formar parte del bloque. Ankara ha arrestado a cerca de 35.000 personas desde el fallido golpe impulsado por una facción de los militares. El presidente turco responsabilizó al clérigo Fethullah Gulen, residente en Estados Unidos y aliado de Erdogan en el pasado. Gulen niega las acusaciones. Pese a que el gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo, el AKP domina el Parlamento, no tiene la mayoría necesaria para reformar la Constitución y reinstalar la pena capital, aunque podría sortear ese obstáculo mediante una convocatoria a un referéndum. No obstante, existe otra barrera legal: aplicar la pena de muerte retroactiva sobre crímenes cometidos antes del cambio de ley.

Despide a miles de profesores y funcionarios

La deriva liberticida emprendida por las autoridades de Turquía no ha dado un respiro ni este sábado, el mismo día de la conmemoración del 93 aniversario de la proclamación de la República. Al filo de la medianoche, y mediante un decreto ley de estado de emergencia, el Gobierno ordenó el despido de 1,267 profesores universitarios y 10,158 funcionarios. Los decretos 675 y 676 acabaron además con las elecciones a rector en las universidades y cerraron 15 medios de comunicación.

La decisión ejecutiva confirma que el objetivo del presidente turco Recep Tayyip Erdogan no es sólo el entorno de la cofradía de su ex aliado, el predicador Fethullah Gülen -acusado de orquestar el golpe de Estado fallido del 15-J- sino todo elemento opositor que en algún momento haya simpatizado con la causa kurda. Entre los académicos expulsados hay firmantes de un manifiesto que, el año pasado, pedía al Gobierno y a la guerrilla PKK acabar con la guerra y volver al diálogo.

Con esta nueva oleada de expulsiones, ya son más de 100.000 los empleados públicos que han perdido su trabajo desde la sangrienta asonada y 37.000 los arrestados. Los últimos despidos han afectado a funcionarios de los departamentos de Educación y Salud, del Alto Consejo Educativo, del Consejo Supremo Electoral y de la Corte de Casación. Ankara defiende estos despidos alegando la existencia de un 'ala civil' del golpe de Estado. Los críticos tildan esta expulsión masiva de 'caza de brujas'.

Como parte de la reforma introducida este fin de semana, las elecciones a rector universitario serán sustituidas por la elección a dedo, por parte del presidente Recep Tayyip Erdogan, de todos los rectores universitarios. Tras el cierre anterior de todas las universidades y centros educativos impulsados por acólitos de Gülen, este nuevo movimiento busca poner bajo control político instituciones que tradicionalmente han actuado como focos contestatarios.


"Caza de brujas" contra medios

La última orden ministerial acaba también con medios como la agencia JINHA, la única que en Turquía trata la información desde una perspectiva de género, la agencia DIHA y los periódicos 'Azadiya Welat' y 'Özgür Gündem'. La mayoría de los medios bloqueados tienen una clara perspectiva prokurda. Algunos, como el Gündem, acumulan una larga historia de cierres y atentados de la contraguerrilla. Estos cierres elevan a 160 el número de medios cerrados tras el golpe.

El estado de emergencia se extendió tres meses más, hasta el próximo enero, en una decisión que contó con la oposición del socialdemócrata Partido Popular Republicano (CHP) y del izquierdista HDP. Erdogan, que este sábado volvió a desear en público la reinstauración de la pena de muerte para los golpistas, justificó la prolongación de la medida para combatir tanto a la secta de Gülen, a la que permitió en el pasado infiltrarse en el aparato del Estado, como al terrorista PKK.

La oposición denuncia que Erdogan está usando estas medidas excepcionales para consolidar su poder y eliminar toda crítica. Esta semana la policía ha arrestado por pertenencia al PKK a Gültan Kisanak (HDP), alcaldesa de la mayor ciudad kurda de Turquía, y se ha cortado internet en el municipio, se cree, con la intención de evitar la convocatoria de protestas. Por cierto, una nueva norma aprobada este sábado obliga a grabar y poner a disposición del fiscal toda conversación entre abogado y preso.

Los acontecimientos están tensando el estado de ánimo de una sociedad ya duramente sacudida por los numerosos ataques terroristas de los últimos meses. Estados Unidos acaba de ordenar abandonar Turquía a los familiares del personal de su consulado en Estambul ante "informaciones de seguridad que indican que grupos extremistas prosiguen con sus esfuerzos agresivos para atacar ciudadanos estadounidenses en áreas de Estambul donde residen o frecuentan".

El ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu, ha hablado por teléfono con el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, para tratar esta cuestión. Las relaciones entre ambos países están en un impasse delicado desde el golpe. Ankara exige a Washington la extradición de Fethullah Gülen, residente en Pensilvania. Por otra parte, los turcos rechazan frontalmente la estrategia estadounidense de apoyar en Siria a las fuerzas kurdas afines al PKK que combaten al Estado Islámico en el norte. (DPA / EFE / Lluís Miquel Hurtado / El Mundo)