lunes, 18 de agosto de 2014

agosto 18, 2014
SEÚL, Corea del Sur, 18 de agosto.- El Papa Francisco se erigió ayer en guía para quienes deben expandir la doctrina católica en Asia. En el cuarto día de su histórica visita a Corea del Sur, mantuvo un encuentro con 68 obispos de 35 países asiáticos en el Santuario de los Mártires en Haemi, donde 132 fieles católicos fueron ejecutados y la identidad de la mayoría de ellos continúa desconocida. El Santo Padre aseguró que en el «vasto continente» de Asia, «en el que convive una gran variedad de culturas, la Iglesia está llamada a ser versátil y creativa en su testimonio del Evangelio, mediante el diálogo y la apertura a todos». Y subrayó que «no puede haber diálogo auténtico si no somos capaces de tener la mente y el corazón abiertos a aquellos con quienes hablamos». En una breve intervención, el Pontífice hizo una referencia a «este espíritu de apertura a los otros», en una clara referencia hacia China, Corea del Norte y Vietnam, «con los que la Santa Sede no tiene aún una relación plena avancen sin vacilaciones en un diálogo que a todos beneficiará». Jorge Bergoglio les instó a adoptar un cambio de actitud que pueda facilitar las relaciones entre las naciones: «No me estoy refiriendo sólo al diálogo político, sino a un diálogo humano y fraternal», subrayó.

Gran éxito del Papa  entre los coreanos en la Jornada Mundial de la Juventud. Uno de ellos no ha perdido la oportunidad para tomarse un selfie con Francisco. (AP)

Las relaciones entre el Vaticano y Corea del Norte y China están rotas, pero con Vietnam han comenzado los primeros acuerdos en relación al nombramiento de obispos. La Santa Sede tampoco tiene representación diplomática en otros países de Asia como Laos y Birmania.

Es más, con respecto al texto original que tenía previsto, el Santo Padre una vez más quiso improvisar en una referencia directa al gigante chino: «Los cristianos no vienen como conquistadores, no vienen a quitarles su identidad. Les traen la suya, pero quieren caminar con nosotros». En esta misma línea, y subrayando una vez más ese deseo de que los católicos no sean vistos como colonizadores imperialistas que quieran imponer un modelo cultural o social, apuntó que «el Señor dará la gracia. Alguno pedirá el bautismo, alguno no, pero siempre caminamos juntos».

Lo cierto es que durante su vuelo a Corea del Sur el pasado miércoles, Francisco envió un telegrama con sus «mejores deseos» al presidente chino, Xi Jinping, poco antes de que el avión papal atravesara por primera vez el espacio aéreo del gigante asiático. Un mensaje que no llegó por un error en las comunicaciones y que la embajada china en Italia reclamó un día después, dejando claro su interés por las palabras del Pontífice. Este sábado la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores en Pekín, Hua Chunying, contestó que «China ha sido siempre sincera en su deseo de mejorar las relaciones con el Vaticano, y ha realizado esfuerzos positivos para lograrlo». Sin duda un acto insólito ya que las relaciones diplomáticas entre ambos son inexistentes desde que el Partido Comunista llegó al poder en 1949.

Aun así, un grupo de jóvenes católicos chinos ha podido asistir a la sexta Jornada de la Juventud Asiática en Corea del Sur, aunque a más de un centenar de fieles se les impidió cruzar la frontera debido a «situaciones problemáticas internas», según los organizadores de la visita del Pontífice. Aunque se ha apuntado que fue el Gobierno de Pekín quien bloqueó la salida de esos jóvenes, la Santa Sede no ha querido hacer comentarios al respecto.

Con Corea del Norte la situación es bastante más complicada, sobre todo después de que el Gobierno de Pyongyang rechazase la invitación por parte de su vecino de sur para dejar acudir a sus jóvenes católicos a las Jornadas de la Juventud Asiática. Además también va a ser la gran ausencia en la Santa misa por la Paz y la Reconciliación que se va a celebrar hoy, en la catedral Myeongdong de Seúl. Durante su discurso el Obispo de Roma alertó sobre las tentaciones del «espíritu del mundo», especialmente el relativismo, la superficialidad y las «respuestas fáciles». A lo que añadió «la tendencia a entretenernos con las últimas modas, artilugios y distracciones, en lugar de dedicarnos a las cosas que realmente son importantes» en una clara alusión a las nuevas tecnologías que separan a las personas de su entorno y les llevan a una vida virtual. Un mensaje que ya ha repetido varias veces el Papa Francisco.

Hoy es el último día de la visita a Corea del Sur. Por la mañana celebrará una misa en la catedral de Myeongdon de Seúl por la paz y la reconciliación en Corea. A medio día atenderá su último acto en una ceremonia de despedida antes de coger el avión que le llevará a Roma, después de cinco intensos días en los que ha abierto la puerta del cristianismo a Asia.

Los obispos, también de blanco

Durante la visita del Papa Francisco a Corea del Sur, los cardenales y obispos de la Curia Romana sorprendieron a los fieles vistiendo en público el color blanco, un color usualmente reservado para el Pontífice. El Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, entre otros, vistieron sotana blanca con detalles en color rojo y varios obispos hicieron lo propio con el color morado, informa Aciprensa. La vestimenta habitual de los miembros de la Curia Romana es de color negro en la sotana, mientras que la botonadura, el fajín, y el solideo, toman el color asignado a su rango eclesiástico. Los cardenales en color rojo, los obispos en morado, y los sacerdotes en negro.

Sin embargo, existen dos excepciones que permiten a los clérigos vestir de blanco a diario: encontrarse en "Tierra de Misión" o en zonas tropicales muy cálidas, donde el blanco ayuda a soportar el calor. En ambos casos la única regla para mostrar respeto al Papa es que los clérigos acompañen la sotana blanca con los detalles del color atribuido a su rango, quedando reservado el blanco total para el Sucesor de Pedro.

En Corea del Sur se cumplen los dos requisitos. Todavía necesita de misioneros en acción y precisa de un cuidado especial por parte de la Pontificia Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Además, la temperatura en este momento del año alcanza los 35 grados.

El detalle

Un autoridad distinta a la política y la civil

- Las palabras del Santo Padre ante los obispos se han inscrito en los deseos del Vaticano de poner énfasis en Asia, donde poco más del tres por ciento de la población es católica. Muestra de ello es este viaje y el que Francisco tenga la intención de regresar en enero a Sri Lanka y Filipinas. «Las autoridades no tienen que temer a la Santa Sede como un poder que llega para ejercer su influencia en el país, es una autoridad religiosa distinta a la política y civil», señala el padre Lombardi, portavoz de la Santa Sede. (Daniel E. Jimeno, corresponsal de La Razón en Asia)