viernes, 7 de agosto de 2015

agosto 07, 2015
Armando "Catón" Fuentes Aguirre

Destino natural. Afrodisio Pitongo, hombre dado a la lubricidad y la libídine, estaba yogando con una joven mujer que no mostraba destreza alguna en las artes venusinas, pues se mantenía -para decirlo en palabras operísticas- fredda e immobile come una statua. En la mitad del aburrido trance dijo ella: "Es mi primera vez". Replicó Afrodisio: "Y en lo que a mí hace, linda, será también la última". Don Valetu di Nario, señor de edad muy avanzada, decía con tristeza: "Ya debo ser muy viejo. El banco no me regala su calendario al principiar el año: Me lo va enviando mes por mes". Mailina, madura señorita soltera que trabajaba en el Correo, jamás conoció varón. Cuando pasó a mejor vida sus compañeros pusieron en su lápida: "Devuelta sin abrir". Sonreír: He ahí la segunda cosa mejor que puedes hacer con los labios. Don Juanito García, también llamado El Toca, era maestro de Química en el glorioso Ateneo Fuente de mi ciudad, Saltillo. Solía decir en su clase: "El plomo es un metal pesado, oscuro, maloliente y venenoso". Hacía una pausa y aclaraba luego: "Y no es que esté yo hablando mal del plomo: Es que el plomo así es".

(Foto beltrones.com)

Pues bien: Yo pienso que Manlio Fabio Beltrones es el más priista de todos los priistas. Y no es que esté yo hablando mal de Manlio: es que Manlio así es. Su nuevo nombramiento demuestra que nada ha cambiado en el PRI, ni cambiará. La renovación de ese partido consiste en renovar los esfuerzos que se hacen para que nada se transforme en él. Desconozco totalmente -¡loado sea el Señor!- los trastruecos y tejemanejes de la politiquería. Por lo tanto no estoy en aptitud de hacer la lectura, como se dice ahora, de la designación del sonorense como dirigente nacional del PRI. En cambio puedo decir que así tenía que acabar. Es su destino natural. Nació para eso. Supongo que cuando tenía 3 añitos y sus tíos le preguntaban: "¿Qué vas a ser cuando estés grande?", Manlito contestaba: "Dilikente national del Pli". Su sino se ha cumplido: Ya lo es. Yo en lo particular no creo que vaya a ser algo más que eso. Si tiene un adarme de sindéresis, o sea de sentido común y recto juicio, debe dejar de lado desde ahora cualquier intento de buscar la presidencia de la República. (Quizás, a como van las cosas, se les debería decir eso mismo a todos los priistas). El capital de prestigio personal con que Beltrones cuenta no es muy abundante, y en un país que aspira a la modernidad su imagen es jurásica. Cumpla a cabalidad la encomienda que ahora se le da, y luego apaga y vámonos. Meñico Maldotado, infeliz joven con quien la naturaleza se mostró avara en la parte correspondiente a la entrepierna, recibía diariamente en su buzón la propaganda de una compañía que fabricaba un aparato dizque para alargar el atributo masculino. Iba a enviar una carta de protesta a dicha compañía, pero descubrió que quien le ponía esa propaganda era su novia. Don Chinguetas estaba cenando solo en su mesa de un elegante restorán. De pronto sintió que sonaba en su cavidad intestinal ruido de borborigmos. Así se llaman los sonidos que escuchamos cuando decimos que nos están gruñendo las tripas. En este caso los borborigmos se debían a la fuerte retención de gases que sufría don Chinguetas. Afortunadamente en ese momento la música subió de volumen, tanto que el buen señor pensó que si se liberaba de esa molestia nadie oiría nada. Espero a que la música alcanzara su clímax, y dejó entonces escapar un sonoroso cuesco o flato. Se sorprendió al observar que todos los comensales volteaban a verlo con disgusto. Demasiado tarde recordó que la música que escuchaba era la de su iPad, que estaba oyendo en sus audífonos. La esposa de Capronio entró corriendo a su casa y le dijo a su marido: "¡Mi mamá está peleando a golpes en la calle con seis hombres!". Capronio no se movió de su sillón. Le preguntó la señora con enojo: "¿No vas a intervenir en su ayuda?". Respondió el ruin sujeto: "No. Ellos se lo buscaron". Rosibel, linda secretaria, fue abordada sexualmente por un hombre en el oscuro cuarto del archivo. Cuando después una de sus compañeras le preguntó. "¿Quién fue?". Contestó ella: "Debe haber sido uno de los jefes. Yo tuve que hacer todo el trabajo". FIN.