miércoles, 9 de octubre de 2013

octubre 09, 2013
CIUDAD DE MÉXICO, 9 de octubre.- Para evitar riesgos de transmisión del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y hepatitis B y C por tratamientos de hemofilia, enfermedad caracterizada por problemas de coagulación, es importante que quienes la padecen recurran a tratamientos elaborados a través de ingeniería genética y libres de sustancias humanas, aseveró Adolfina Berges, hematóloga adscrita al Servicio de Hematología Pediátrica del Centro Médico Nacional “La Raza”.


Según la Federación de Hemofilia de la República Mexicana (FHRM), aproximadamente a 70 por ciento de las personas que viven con la enfermedad mayores de 30 años, les fue transmitido VIH y hepatitis A y B por el uso de proteínas de remplazo proveniente de derivados sanguíneos contaminados como la albúmina usada como coagulante. 

La especialista explicó que existen tres tipos de tratamientos profilácticos o preventivos: los de primera, segunda y tercera generación. Los primeros y segundos se basan en el suministro de albúmina -proteína obtenida a través de material humano-, y los de tercera generación obtenidos por ingeniería genética y exentos de sustancias humanas, con lo que dijo, estos últimos eliminan riesgos de transmisión viral por vía sanguínea. 

Sin tratamiento, enfermedad discapacitante y mortal 

La hemofilia se manifiesta con hemorragias prolongadas y espontáneas, en ocasiones sin razón aparente que suelen causar hematomas o acumulación de sangre. Si los sangrados no se controlan pueden afectar de manera permanente a músculos, articulaciones y órganos, lo que podría culminar en discapacidad y en caso de ocurrir en órganos vitales, ocasionar la muerte, aseguró Herminia Benítez Aranda, hematóloga de la Agrupación Mexicana para el Estudio de la Hematología. 

Indicó que una persona con hemofilia sin tratamiento oportuno y adecuado vive en promedio 49 años y tiene grandes probabilidades de presentar discapacidad física, pero señaló que para quien sigue un tratamiento efectivo la esperanza de vida promedio es de 69 años sin problemas de coagulación. 

Según estudios de la FHRM en el país existen cerca de 5 mil personas con el padecimiento de las cuales 60 por ciento cuentan con tratamiento médico. 

El nivel de la enfermedad puede ser grave, moderado y leve. El rango más severo se caracteriza por hemorragias espontáneas ocurridas hasta cuatro veces en un mes y el organismo no tiene la capacidad de coagular, 60 por ciento de las personas que viven con hemofilia en México manifiestan este grado del padecimiento y suelen presentar síntomas desde los primeros años de vida. 

El tipo moderado representa 25 por ciento de los casos, se registra a una edad intermedia y puede detectarse por una lesión seria o procedimiento odontológico. En tanto, el 15 por ciento restante que pertenece al nivel leve puede pasar desapercibido, pero quien lo padece sufre el riesgo de morir desangrado en un accidente grave o durante una intervención quirúrgica. 

La prevalencia de la hemofilia es baja, se estima que se presenta en cinco de cada 10 mil personas, por lo que es considerada una enfermedad rara. La hemofilia es una enfermedad hereditaria por el gen X, por lo que las mujeres son quienes la transmiten. 

Herminia Benítez indicó que las mujeres tienen 50 por ciento de probabilidades de transmitir el padecimiento a sus hijos. Agregó que si el progenitor es quien tiene hemofilia, ésta no se transmitirá a los hijos varones, pero las nacidas mujeres serán portadoras obligadas de la enfermedad. 

La hematóloga expuso que la mayoría de las veces el padecimiento puede detectarse desde las primeras etapas de la vida, por lo que llamó a los padres a estar atentos a los sangrados espontáneos y dificultades en la coagulación de sus hijos, pues dijo un accidente, cortadura o incluso actividades como “gatear”, pueden desembocar en problemas severos. 

Recomendó acudir de manera inmediata al médico en caso de los infantes presenten síntomas pues la hemofilia es una afectación de por vida. (Iris Velázquez para NotieSe)