miércoles, 28 de septiembre de 2016

septiembre 28, 2016
GUADALAJARA, Jalisco, 28 de septiembre.- Ayer, Elon Musk, dueño de Tesla y SpaceX, dio en esta ciudad su conferencia "Making Humans a Multiplanetary Species", en el marco del 67º IAC (Congreso Internacional de Astronáutica / International Astronautical Congress), en el que  anunció un primer viaje a Marte en 2024.

Escribe Rosa Jiménez Cano para El País: Como las grandes estrellas del cine y la televisión a Elon Musk se le esperó con filas, gran expectación y vítores de fans. En Guadalajara todo el mundo sabía que la persona que quiere llegar a Marte en los próximos 10 años iba a estar en la ciudad. Del conductor de Uber al conserje del hotel o el desarrollador de una startup de Chapultepec, en la capital de Jalisco la visita se esperaba igual que un concierto. El auditorio principal de la Feria de Exposiciones de Guadalajara, el mismo recinto donde se celebra su FIL cada año, acogía al visionario del siglo XXI, esperó paciente su llegada. Comenzó con media hora de retraso, empujones, tumultos y carreras al abrirse las puertas. Por un momento parecía el comienzo de las rebajas, pero solo eran chavales emocionados por ver al nuevo líder del mundo ‘techie’, el único capaz de hacer un coche que sí llame la atención de los ‘Millennials’.

Apoyado de una presentación, Elon Musk mostró los vehículos interplanetarios que podrían utilizarse por cerca de 200 pasajeros, así como los elementos importantes en el diseño, comenzando con el motor raptor de flujo completo (42 motores) para maximizar el impulso, a base de oxígeno y metano para densificarlo a cerca de 8 mil 650 kilómetros por hora, con viajes que podrían ser de entre 30 y 80 horas en capsulas Dragon a partir de 2018 que comenzarían las pruebas. (Viridiana Saavedra Ponce / El Occidental)

La elección de este lugar para desvelar sus planes de colonización de Marte no es casual. Jalisco fue el primer estado en contar con una Secretaría de Innovación, en manos del veterano Jaime Reyes, una medida que ya han replicado dos estados más. Desde hace 30 años Guadalajara es la capital tecnológica al sur de California. Aquí están Cisco, HP e Intel. Oracle. Comenzaron con líneas para ensamblar productos, las populares maquilas, y hoy es un vivero de startups, el lugar escogido por Oracle para su campus de expansión en América Latina. Hoy se presenta como un lugar en el que se innova y crean productos de principio a fin. Si se abre el foco se entiende que México es, además, el primer país al sur de Estados Unidos donde se venden los coches de Tesla. En el plan maestro de Musk esta firma es clave para obtener financiación para ir a Marte.

Al término de la charla, durante el turno de preguntas, que se podría haber eternizado hasta superar el centenar de interrogantes. Los asistentes que, a excepción de los estudiantes pagaron 20.000 pesos por la entrada, el equivalente a mil euros, querían saber más. Hubo un momento en que se rompió la complicidad entre ponente y público. “¿Por qué parece que solo existe Estados Unidos?”. Musk titubeó inicialmente y después reconoció que no dependía de él: “Trabajar con cohetes, con planes para ir al espacio, está relacionado y regulado por Defensa. Sé que no encaja con mi visión y tampoco con cómo hacemos las cosas en California, pero tenemos que asumir las acotaciones que impone la ley. En SpaceX solo podemos contratar a americanos. En Tesla no es así”. Es cierto y, además, es algo que lleva a gala. Ya hay varios mexicanos en el equipo de software para comprar su coche. Todo un síntoma de la competitividad que se genera al sur de la frontera.

Para Tesla, México es un país clave. No solo por los cambios que está sufriendo el mercado en cuestión de carburos o las ventajas fiscales de tener un coche que no eléctrico, por no hablar de los muchos adeptos que han conseguido al poder conducir en el DF a pesar de las restricciones que tienen que aceptar el resto de coches de combustible.
Musk, obsesivo y perfeccionista hasta hacer perder los nervios a sus empleados, es capaz de dormir tres días en la fábrica para revisar que los autos salen con los mismos acabados, sin que se note que lo ensambló el equipo de mañana, tarde o noche. Si es necesario, los remezcla para conseguir el resultado óptimo. Sus coches no se venden en concesionarios, sino en sus propias tiendas a un precio fijo. En México no tienen tiendas, pero sí hacen los denominados pop-ups para probarlos, escogiendo lugares especiales, en los mejores barrios o relacionados con eventos de gran interés. También se pueden comprar en Palacio de Hierro, las galerías que desprenden lujo. Una gran asociación para ir al segmento más pudiente de la sociedad. Tampoco es casual que el primer súpercargador de América Latina esté en Cuernavaca, a medio camino entre la Ciudad de México y Acapulco.

Mientras en Silicon Valley se seguía la presentación con la misma pasión que cuando uno de los cohetes de Space X vuelve a la tierra, con tuits, retuits y visionados en directo en la sala de juegos de cualquier startup de SOMA, en IAC, como se llama oficialmente el evento, se ha recibido con cierto escepticismo por parte de los expertos del sector congregados allí.

Y Nuño Domínguez, también para El País: De niño, en su Suráfrica natal, Elon Musk devoraba novelas de Isaac Asimov en las que un héroe solitario salva el mundo. Ahora quiere convertirse en ese héroe dándole a la humanidad su única forma, según él, de seguir existiendo: colonizar Marte.

“Podemos permanecer en la Tierra esperando una extinción final”, ha dicho hoy Musk, “o convertirnos en una especie multiplanetaria”. El director ejecutivo de Space X y Tesla, de 45 años, presentó ayer sus planes para conseguir ese objetivo durante una esperadísima conferencia en el Congreso Internacional de Astronáutica (IAC), que se celebra en Guadalajara hasta el viernes.

Horas antes de su intervención ya había colas para entrar en el salón principal de este congreso que reúne a 4,000 empresarios, científicos, estudiantes, y los responsables de las principales agencias espaciales del mundo, incluida la NASA. Ninguno de ellos ha podido eclipsar a Musk, que ha sido recibido con vítores por un público que, al abrirse las puertas, ha corrido desesperado para ocupar las primeras filas del auditorio como quien ansía la mejor vista de su estrella de rock favorita.

Este empresario con doble nacionalidad en EE UU y Canadá se ha convertido en uno de los mayores gurús del momento por la enormidad de sus objetivos, como crear el mejor coche eléctrico del mundo, generar un sistema de baterías para que la gente almacene y use su propia electricidad y sobre todo fundar una nueva industria espacial privada que ya se encarga de llevar material al espacio para la NASA y que en un futuro pretende ser la primera en cumplir el sueño de enviar humanos a Marte.

Musk ha comenzado a hablar delante de una gran esfera del planeta que, a medida que hablaba, iba cubriéndose de agua y nubes. Su objetivo, ha explicado, es crear “una civilización autosuficiente en Marte”, algo que, según sus planes, llevará “entre 40 y 100” años. “Una civilización autosuficiente en Marte probablemente necesita en torno a un millón de personas”, ha dicho Musk, y espera que todas viajen con SpaceX.

A Marte por lo que cuesta una casa

El empresario ha presentado el diseño del vehículo con el que espera cumplir ese objetivo, un mastodonte de 122 metros de largo en cuya parte superior viajará una nave espacial para unas 100 personas, aunque ese número puede elevarse en función del combustible y la carga. Según la presentación, este cohete será más potente y eficiente que el Saturn V, usado por la NASA para llevar humanos a la Luna y que, por ahora, ha sido el más potente que se ha lanzado al espacio con éxito.

Musk espera tener todos los componentes de este nuevo “sistema” listos en 2024, cuando comenzarían los primeros viajes a Marte. “El objetivo fundamental es hacer que toda persona que quiera ir, pueda ir”, ha dicho, por lo que espera que el precio de un billete esté en torno a los 200.000 dólares [unos 160.000 euros], “lo que cuesta una casa”. La duración del viaje “puede variar”, podría ser de “unos 80 días”, e incluso reducirse a “30”, ha asegurado.

Muchos expertos de la industria espacial y astronautas cuestionan que sea posible enviar humanos a Marte tan pronto sin arriesgar sus vidas, debido a que no existen sistemas óptimos para evitar la intensa radiación del viaje y la estancia.

Esto no parece preocupar a quien pretende ser el primer touroperador marciano. “La radiación no es un problema muy importante”, ha asegurado Musk a preguntas de la audiencia. “Claro que hay algún riesgo de radiación, pero no es mortal y el riesgo de cáncer es relativamente menor” durante el viaje. Una vez en la superficie del planeta “se creará un campo electromagnético artificial” para desviar partículas peligrosas, con lo que la radiación tampoco sería importante, ha añadido.

Sin apenas financiación

El proyecto se basa en cuatro puntos claves: cohetes reutilizables, repostaje en órbita, combustible producido en Marte y usar el tipo de combustible apropiado. Los planes de SpaceX son usar un nuevo tipo de material propulsor hecho a base de metano y oxígeno, dos elementos disponibles en Marte. Las futuras naves hacia Marte repostarían en la órbita terrestre antes de partir. Los recién llegados comenzarían enseguida el proceso para comenzar a fabricar el nuevo combustible. Esta, ha dicho Musk, es una colonización de ida y vuelta, todo aquel que decida ir, podrá volver.

El nuevo cohete iría equipado con los Raptor, un nuevo tipo de motor en desarrollo que tendría tres veces más potencia que los Merlin que actualmente usan los cohetes Falcon 9 de SpaceX. El módulo principal de propulsión, reutilizable, llevaría 42 de estos cohetes que ayudarán a alcanzar una velocidad de 8.500 kilómetros por hora. Esta técnica para reciclar cohetes es la única de las cuatro mencionadas que Musk ha demostrado con éxito, por el momento.

Después de los aspectos técnicos este visionario ha señalado con qué financiación cuenta: solo el dinero que él mismo invierte en el proyecto, los beneficios de sus empresas y, posiblemente, alguna plataforma de crowdfunding como Kickstarter, ha dicho solo medio en broma. “Eventualmente esto debe convertirse en un enorme proyecto público-privado”, ha resaltado Musk.

En la ronda de preguntas ha comentado que este sería de momento un proyecto en el que solo participará EE UU debido a las restricciones legales del sector espacial: “tengo las manos atadas”, ha dicho.

La primera fase del proyecto serán dos misiones no tripuladas que aterrizarán en Marte en 2018 y 2020 para buscar zonas donde pueda abundar el agua, estudiar en qué lugares será mejor aterrizar con tripulación en el futuro y “aprender” a llevar gran cantidad de material al planeta rojo. Una vez conquistado Marte, Musk pretende llevar su vehículo espacial pueda viajar "a cualquier otro lugar del Sistema Solar", incluidas lunas como Europa o Encélado e incluso planetas como Júpiter. (Nuño Domínguez / El País)