pentagrama
El Día del Músico es un día muy especial porque la música es
el idioma universal. A través de ella se puede recorrer el mundo y es el único
elemento que no requiere visa o pasaporte, para la cual no existen fronteras.
Pero ella se debe a todos los músicos de antier, de ayer, de hoy y del futuro,
porque ellos son los creadores de ese encanto tan divino que son las notas
negras, blancas, corcheas, semicorcheas, fusas y semifusas que, unidas y entrelazadas, enaltecen la
vida y el alma.
No existe la música fea, existen los ritmos, los géneros y
los tiempos en la misma y se hace permisible en todas las clases sociales.
La música siempre hará palpitar en alegría y en tristeza los
anhelos y los recuerdos de cada etapa de la vida.
El músico, antes, era un personaje al cual la sociedad
señalaba en forma despectiva porque quizá esa misma sociedad no se había
percatado de la importancia y la grandeza de la misma. Tan es así, que no
existe país en el mundo que no posea un himno que lo enaltezca o que lo
represente.
Hoy, esta sociedad se ha abierto en bien de la música,
creando espacios para que los jóvenes aprendan debidamente los arpegios, las
notas y los compases que en armonía crearán un sonido que agrade al oído y que
congregue a la gente, al público, ante un escenario.
Le doy gracias a la vida por permitirme ser partícipe de esa
hermosura y belleza que representa la música en todas sus modalidades.
Soy una crítica del arte en toda su expresión y siempre
reconoceré y agradeceré a toda esa gente, que me permita escucharle y
disfrutarle ante un escenario.
Felicito a esos seres, muchos de ellos anónimos, otros
plenamente conocidos, que han dedicado su vida y su esencia a crear
música.