domingo, 3 de abril de 2016

abril 03, 2016
José Repetto

En días pasados, el gobernador Rolando Zapata Bello dio a conocer el programa Escudo Yucatán, mismo que tiene por objetivo reforzar y ampliar las estrategias de seguridad pública en la entidad.


Entre las medidas más importantes anunciadas por el mandatario se encuentra la ampliación de la red de videovigilancia en el estado, que contará con casi 1,800 cámaras instaladas en puntos estratégicos.

Yucatán, según el programa, contará con tres anillos de protección o cercos de blindaje: en las fronteras del estado y costas, en el interior del estado y en la zona metropolitana de Mérida, permitiendo a las autoridades detectar desplazamientos vehiculares en todo el territorio, inhibiendo conductas delictivas y dándoles la habilidad de reaccionar eficazmente a las mismas.

Las cámaras también contarán con nuevas tecnologías de procesamiento analítico de datos, reconocimiento facial y localización en tiempo real.

Aunque se ha comentado que el yucateco es un pueblo pacífico, cuestionando la necesidad de esta medida, es una realidad que el "efecto cucaracha" ha dado pie a que llegue a nuestras tierras lo peor que el resto de la República tiene que ofrecer. Esto, aunado a otros factores, ha hecho que aunque los crímenes violentos no sean tan comunes como en otras entidades, los asaltos y el robo a casa habitación y comercios sean ya parte de nuestra realidad.

Entre marzo y julio de 2014, Libertad de Expresión Yucatán publicó varios artículos respecto a las cámaras de videovigilancia instaladas en las principales avenidas de Mérida así como en su Centro Histórico, éstas bajo la jurisdicción de la Policía Municipal de Mérida, con el fin de evaluar su alcance y potencial efectividad.

Dichas notas no incluyeron específicamente al Anillo Periférico, pues determinamos que sus principales salidas ya contaban con cámaras y esto, sumado a los 13 arcos carreteros que entonces tenía dicho circuito, significa que la cobertura en la referida vialidad es prácticamente total. Esto significa que es imposible ir de una salida a otra sin pasar por una cámara.

La situación no es la misma en las avenidas, ya que aunque la cobertura en casi todas es amplia, aún tienen tramos donde ésta es mejorable. También es preciso incluir en la misma las vías alternas paralelas a las principales calles de la ciudad.

Fue en junio de 2014 cuando el Gobierno del Estado inauguró la Unidad de Monitoreo e Inteligencia Policial (Umipol), desde la cual la SSP vigila las principales intersecciones en la capital y el interior del estado.

Con la tecnología actual, la Umipol es capaz de detectar vehículos robados, al igual que a personas con órdenes de aprehensión en la entidad u otros estados de la República.

En su momento, el gobernador indicó que la Umipol tiene capacidad para 100 posiciones de monitoreo, de las cuales 40 ya están ocupadas por los 436 equipos en operación.

Debido a que el plan contempla triplicar el número de cámaras en la entidad, es evidente que una ampliación de sus capacidades, contemplada en el programa, será también necesaria.

Aunque en julio de 2014 Ciudad Caucel, el fraccionamiento más grande de Mérida, contaba con 10 postes de cámaras de videovigilancia, los robos a casa habitación son un problema que persiste en dicha zona y otros puntos de la ciudad, como Los Héroes y otros desarrollos habitacionales.

Los vecinos de dichas áreas, muchos de ellos parejas jóvenes, salen a trabajar por las mañanas sabiendo que al regresar en la noche posiblemente vean su casa desvalijada y saqueada, por lo cual queda en evidencia la necesidad de que el alcance de las cámaras llegue más allá de las avenidas principales con el fin de inhibir dichas conductas delictivas, aunque el endurecimiento de las penas por este ilícito también está contemplado.