lunes, 14 de abril de 2014

abril 14, 2014
Virginia Fuentes

Recientemente vimos una imagen que a muchos indignó, donde Gerardo Fernández Noroña era agredido durante la manifestación que realizó en contra de la intentona del presidente Enrique Peña Nieto por aplicar Ley Mordaza a las redes sociales.


De concretarse como las reformas de la Educación, la Laboral, la Energética y la Hacendaria, significaría un retroceso a la democracia de nuestro país, pues las redes sociales son la única herramienta de expresión que la sociedad tiene para analizar, criticar y externas su opinión en torno al acontecer diario y lo que le afecta.

Es una catarsis, una válvula de escape que ha impedido un levantamiento social en momentos álgidos de nuestro país.

Preocupa entonces, que ahora se pretenda limitar, lo que nos indica que todavía viene lo peor y se intente con ello evitar la organización social para pedir cuentas a los gobernantes.

En Tabasco, el entonces gobernador Andrés Granier Melo quiso regular las redes sociales y la sociedad se lo prohibió. Gracias a esta libertad de expresión que además es un derecho constitucional, pudimos tener conocimiento del mayor saqueo al Estado.

Ahora, el actual gobierno estatal que encabeza Arturo Núñez Jiménez pretende dar continuidad a dicho plan, con la anuencia del Congreso local que, por cierto, trabaja a modo; es decir, bajo las órdenes del mandatario, dicho el año pasado por el coordinador de la bancada panista, Francisco Castillo Ramírez y la diputada del PRI, Esther Alicia Dagdug Lutzow.

La manifestación de los policías, que paralizó parcialmente a la entidad durante algunas semanas, demostró que la comunicación entre los ciudadanos por medio de las redes sociales no le conviene a ningún gobierno. Y mucho menos cuando éste se encuentra plagado de corrupción.

Durante las elecciones pasadas intermedias y las recientes demostraron que las redes sociales no sólo convienen a los ciudadanos, también a los propios políticos. Pero ahí es donde justamente “le pica” a la actual administración, porque se avizora un panorama difícil para los partidos de izquierda que se han visto afectados por la serie de errores y desaciertos del actual régimen. Por eso no le conviene la comunicación directa entre los tabasqueños.

En las redes sociales convergen políticos, empresarios, profesionistas, amas de casa y estudiantes. Regular esta plataforma electrónica se traduciría en el veto temático que a la postre terminaría afectando a sus propios impulsores.

Tabasco es el Estado donde mayor actividad en las redes sociales se registra, por ser un lugar politizado que se rige en base a partidos y gobierno. Por ende, limitar la expresión derivaría en la aceleración de un levantamiento social que hasta hoy se ha mantenido apaciguado por las constantes distracciones provocadas por escándalos consecutivos donde siempre se encuentra involucrada la actual administración.

Recientemente pudimos constatar que una de las principales interesadas en la regulación de las redes sociales es la diputada del PRD, Ana Bertha Vidal Fócil, quien luego de tener un enfrentamiento con la legisladora Rosalinda López Hernández, perteneciente a su propio partido, dedicó mucho tiempo a confrontar a quienes criticaron su actuación durante las dos últimas sesiones de la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales que Rosalinda preside y que fueron “reventadas”, como se dice coloquialmente, por sus compañeros de bancada.

Si volviera a ocurrir esto una vez más, veríamos nuevamente a Ana Bertha Vidal Fócil enfrentando la crítica ciudadana y fungiendo de nueva cuenta como vocera del gobernador, defendiendo su postura a capa y espada.

Viene una etapa difícil para el perredismo al acercarse las elecciones intermedias de 2015 y esto ha llevado al gobierno a promover nuevamente la regulación de las redes sociales. Y si se concreta la iniciativa presentada por Enrique Peña Nieto, el gobernador tabasqueño se armará de valor para hacer lo propio escudado en la propuesta del gobierno federal.

Rosalinda López Hernández: El talón de Aquiles

Hacía referencia, hace un momento, a la diputada Rosalinda López Hernández, personaje político de gran peso por ser hermana del actual senador Adán Augusto López Hernández y cuñada del senador priísta Humberto Mayans Canabal.

La legisladora del PRI, Esther Alicia Dagdug Lutzow fue quien definió el conflicto al interior de la Comisión que la ex senadora del PRD preside, como un “boicot” a su persona. Y fue tanto así, que los perredistas consiguieron hacerla llorar en la segunda sesión.

Pero ello tiene un trasfondo electoral pues es conocido por la clase política y los comunicadores que tanto ella como el hoy diputado federal Gerardo Gaudiano Rovirosa, nieto del ex gobernador Leandro Rovirosa Wade quien hace unos días falleció, aspiran a la presidencia municipal de Centro.

En tanto Adán Augusto López Hernández decidió abandonar las filas del PRD para registrarse en MORENA, su hermana continúa firme en las filas del Sol Azteca.

La división entre los perredistas y morenistas fue promovida por el propio gobernador quien decidió alejarse de aquel que en su momento llamó su jefe, Andrés Manuel López Obrador, para adueñarse del Partido de la Revolución Democrática y para ello impulsa a su coordinador de asesores, Agustín Silva, para imponerlo en la presidencia del PRD.

Desde ahí, se pretende apoyar a Gerardo Gaudiano Rovirosa para que en su calidad de candidato represente no sólo al partido, también sus propios intereses personales.

De ahí la guerra sucia en contra de Rosalinda López Hernández a quien muchos ven acompañando a su hermano en las filas de MORENA.

Esta confrontación permitiría que el Partido Revolucionario Institucional recupere alcaldías y diputaciones pese al cuestionado desempeño de su dirigente estatal y diputado local, Erubiel Alonso Qué.

En esta estrategia, se pretende que el PRI regrese al poder de la primera cabecera municipal, comuna que por cierto también es presidida en este momento por otro ex priísta: Humberto de los Santos Bertruy.

Aunado a la división de MORENA y el PRD, se suma el pronunciamiento del dirigente estatal de Movimiento Ciudadano, Guillermo Torres, quien afirmó que en 2015 participarán con candidatos propios, separándose los partidos de izquierda.

Es así que la lucha por el poder se centra desde ahora entre el grupo de Arturo Núñez y el de Andrés Manuel López Obrador quienes enfrentarán a sus mejores cuadros en las personas de Rosalinda López Hernández y Gerardo Gaudiano Rovirosa, rumbo a las elecciones de 2015 y cuya batalla inició hace un par de semanas.

Sean felices...