miércoles, 15 de enero de 2014

enero 15, 2014
Óscar Sauri Bazán


¿Qué le ocurre a la rosa de la noche que llovizna lágrimas?
No hay oración ni búsqueda de ritmo
solo es la espera, la áspera tristeza, la costumbre
y su muerte, la aleatoria vida que se lleva todo,
¿Quién o que está en la vera del viento?
Esa helades que agita nuestros dedos
cuando se cuaja al borde de la casa
y los cuartos son témpanos y duelen.
No hay nada de malo en un suspiro de polen
a no ser que de pronto un colibrí se lleve
nuestro aliento y nos ponga a llorar.
Hay un vació en la luz de los segundos
menos Juan hay en todos los candiles
y las letras recitan la tonada con un aire sumido en la nostalgia.
¿Por qué el frío es susurro de metáforas?