domingo, 18 de agosto de 2019

agosto 18, 2019
PEKÍN, China, 17 de agosto de 2019.- La expansión de la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda en Latinoamérica, para construir puertos y otras instalaciones ligadas al comercio, está encendiendo las alarmas en Washington por las ambiciones de China en una región que, desde el siglo XIX, los mandatarios estadounidenses consideraron fuera del alcance de las demás potencias.

China no es un recién llegado a la región, pero ahora se centra en naciones de Centroamérica como Panamá. El país, de apenas cuatro millones de habitantes, alberga un canal que une los océanos Atlántico y Pacífico, una de las arterias comerciales con más actividad del mundo y que es relevante, desde un punto de vista estratégico, tanto para Washington como para Beijing.

Mientras los funcionarios estadounidenses expresan su alarma ante las ambiciones de Beijing en un hemisferio occidental dominado por Washington, China despliega una ofensiva amable, cortejando a políticos, profesionales y periodistas panameños.

El embajador chino, hispano hablante y con experiencia en Latinoamérica, pregonó los beneficios de la iniciativa en televisión y Twitter, mientras Beijing invitó a reporteros y profesionales a visitar China. Y parece que estas medidas están surtiendo efecto.


“Vemos muchas oportunidades de cooperar en beneficio mutuo, de hacer buenos negocios en América Latina y el Caribe”, dijo el embajador Wei Qiang.

El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, dijo durante una visita a Hong Kong esta semana que “vemos una gran oportunidad para conectar Asia y América” con su nación. Está previsto que, junto a otros líderes extranjeros, asista a un foro sobre la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda en Beijing este mes, señaló el Gobierno chino.

La iniciativa estrella del presidente chino Xi Jinping en política exterior está construyendo vías de ferrocarril, puertos, centrales eléctricas y otros proyectos en docenas de países en todo el mundo. 


Pero Estados Unidos, Japón, Rusia, India y otras naciones temen que China esté ganando poder económico y estratégico a su costa.

“Se avecina una fuerte reacción de Estados Unidos, ya sea evidente en público o no”, señaló Matt Ferchen, experto en relaciones China-Latinoamérica en el Centro Carnegie-Tsinghua de Beijing.

Los líderes de Panamá ven a China como una fuente de comercio e inversión pero quieren evitar los conflictos con Washington. Varela declaró que la relación de su país con el gigante asiático “no afectará a las relaciones con nuestro socio estratégico”.

La Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda se asienta sobre acuerdos multimillonarios para préstamos e inversiones en petróleo y minería en Sudamérica, algo que Beijing empezó a hacer en la década de 1990.

Venezuela ha recibido 62 mil millones de dólares en préstamos chinos. Brasil debe 42 mil millones, Argentina 18 mil y Ecuador pidió 17 mil millones.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que está considerando unirse a la iniciativa, lo que colocaría a China a las puertas de Estados Unidos.

En el Caribe, Trinidad y Tobago se sumó en mayo y en septiembre una empresa estatal china recibió un contrato para construir un dique seco.

Las autoridades estadounidenses dicen que los gobiernos deberían tener cuidado.

El secretario de Estado Mike Pompeo visitó Panamá en octubre y se reunió con Varela, cuyo mandato termina en julio. Después, Pompeo dijo a reporteros que la nación “debería mantener los ojos abiertos” en lo relativo a las inversiones de Beijing.

“Todos estamos preocupados por China y por la forma en la que China está entrando en esos países”, declaró Pompeo en una reunión del G-20 en Argentina en diciembre. Estos proyectos no están siempre motivados por “buenas intenciones”, agregó.

En un gesto hacia Beijing, en junio de 2017 Panamá cortó lazos con Taiwán, una isla autogobernada que el Ejecutivo chino considera como parte de su territorio, para reconocer a China. Esto cortó la mayor alianza política de Taiwán en Latinoamérica.

Las políticas “Estados Unidos primero” del presidente Donald Trump no están ayudando a la causa estadounidense en la región, señaló el empresario Roberto Eisenmann, fundador de La Prensa, el diario más influyente de Panamá.

Trump todavía no ha nombrado un sustituto para el embajador John Feeley, quien anunció su retiro en enero de 2018.

“Están dejando un vacío de liderazgo que obviamente los chinos están tratando de llenar”, apuntó Eisenmann.

Dos meses después de reunirse con Pompeo, Varela recibió a Xi en visita oficial y proclamó su respaldo a la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda. El mandatario panameño dijo a su homólogo que el país quiere “jugar un papel” de primera línea para ayudar a construir un mundo más interconectado.

Al día siguiente, Varela participó en un acto donde un consorcio que incluía a dos empresas chinas logró un contrato para levantar un cuarto puente sobre el Canal, cuyos puertos de entrada en el Atlántico y el Pacífico están operados por un consorcio de Hong Kong.

China, la segunda nación que más utiliza el canal después de Estados Unidos, tiene un “interés estratégico considerable” en Panamá, según Margaret Myers, directora para Asia y Latinoamérica en Inter-American Dialogue, un centro de estudios en Washington.

“Hay preocupación por los posibles efectos en empresas estadounidenses, en la estabilidad regional y, sobre todo, en la influencia de Estados Unidos en la región”, señaló.

Lanzada en 2012, la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda engloba ahora la mayoría de los proyectos comerciales chinos en el extranjero.

La mayoría de éstos implican préstamos con tasas de interés comerciales, lo que aviva la preocupación de que Beijing esté creando una estructura comercial y política centrada en China que podría generar una deuda demasiado elevada en los países pobres.

Nepal, Tailandia, Malasia y algunas otras naciones cancelaron o renegociaron proyectos por sus costos o quejas sobre su escasa repercusión en la economía local.

China rechazó estas preocupaciones.

Steve Tsang, director del Instituto China en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de Londres, destacó que Beijing está intentando cambiar la percepción de la iniciativa. Pero no hay indicios de que esté abordando los problemas que provocaron las quejas de que Sri Lanka, Kenia y otros terminaron con deudas muy abultadas.

“No creo que hayan aprendido las lecciones importantes”, dijo Tsang. “Las que han aprendido son las superficiales”.

El embajador chino en Panamá ha preparado el terreno para una mayor implicación en la nación centroamericana.

En marzo de 2018, el diplomático se reunió con miembros del opositor Partido Revolucionario Democrático, cuyo candidato en las presidenciales de mayo, Laurentino Cortizo, lidera las encuestas.

“China es un socio importante”, afirmó Cortizo, quien ha dicho que planea reunirse con Wei para “mirar el futuro de esta relación”.

Wei ha invitado a Eisenmann, el fundador del periódico, a su residencia oficial para discutir los “planes (de Panamá) para la Ruta de la Seda”.

“Estaba interesado en conocer la historia del país y, obviamente, en la conectividad que tiene el país para sus planes de ‘La Ruta de la Seda’”, subrayó Eisenmann.

China propuso crear una línea de tren de alta velocidad entre la Ciudad de Panamá y la localidad de David, cerca de su frontera occidental con Costa Rica.

Por el momento, los proyectos concedidos a contratistas chinos – el puente sobre el Canal, un muelle para cruceros y un centro de convenciones- fueron aprobados por el gobierno panameño. La nación todavía no ha recibido préstamos chinos. (BBC Mundo)

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