jueves, 12 de junio de 2014

junio 12, 2014
Carlos Loret de Mola Álvarez/ 12-VI-14

RÍO DE JANEIRO, Brasil.— En el momento de mayor crisis en la Selección Mexicana de futbol, el portero Jesús Chuy Corona recetó un puñetazo al delantero Javier Chicharito Hernández.

Sucedió durante un entrenamiento. Estaban en círculo, hablando. Tomó la palabra el Chícharo, Corona lo encaró, el goleador no se achicó y lo que siguió fue el golpe.

Era tocar fondo. La máxima estrella de México en pleito con el líder del mayor logro del futbol nacional: la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. 


Los resultados no se estaban dando en la cancha y México arriesgaba partido a partido su clasificación a la Copa del Mundo 2014. Se crearon dos grupos políticos entre los futbolistas: los que jugaban en México y los que jugaban en Europa.


Hubo cambio de técnicos, México clasificó al Mundial, y Miguel Herrera (director técnico) y Ricardo Peláez (director de Selecciones Nacionales) lograron darle la vuelta a esta división con mucha mano izquierda y gran inteligencia emocional:

Todavía a principios de marzo de este año, ya con el boleto a Brasil garantizado, cuando los atletas fueron convocados para enfrentar a Nigeria, los dos grupos políticos internos permanecían en estado de tensión.

Las cosas se calmaron y hoy se vive no sólo un buen ambiente sino un ambientazo, según me relatan distintas fuentes con acceso al sudor del vestidor.

Incluso lograron sortear su más crítico foco rojo, ya en su cuartel en Brasil: el anuncio de quién sería el portero titular durante el Mundial.

Cuando El Piojo notificó su decisión, Paco Memo Ochoa estaba contentísimo, pero el no menos admirado Chuy Corona —relatan algunos que lo vieron— se enojó, aventó sus guantes de portero contra el locker y se dirigió al gimnasio. Una hora para sacar el coraje. Por la tarde, Corona había asumido su papel, y todos contentos.

Que la concentración haya durado poco tiempo contribuye al buen ánimo. El carácter de Herrera ayuda en la misma ruta. Que los jugadores hayan podido ver constantemente a sus familias los mantiene en equilibrio.

Mañana sabremos si la divertida atmósfera sirve a la hora de ganar a los rivales.

En tanto, Brasil apaga fuegos mientras otros se le encienden: al cierre de esta columna, los trabajadores de los servicios del Metro de Sao Paulo y Río de Janeiro decidieron no hacer huelga; pero los de los aeropuertos, sí.

El tamaño de las manifestaciones hoy, la envergadura del caos que puedan generar, será determinante para el futuro del Mundial y de la presidenta del país sede, Dilma Rousseff, quien buscará en octubre su reelección.

Silbatazo inicial. Muchos partidos se juegan simultáneamente, sólo algunos son de futbol.

SACIAMORBOS

Cada jugador verde tiene cuatro audífonos. Unos se los regaló el técnico, otros un patrocinador de mercancía deportiva, otros el más famoso de ellos y unos más una marca de la industria electrónica que se puso celosa.