MALASIA, 13 de mayo de 2013.- Excéntrico hasta decir basta, el multimillonario Richard Branson, fundador y dueño del grupo Virgin, se metió ayer en la piel de una azafata tras perder una apuesta pactada en 2010 con el director de la aerolínea Air Asia, Tony Fernandes. Para cumplir debidamente con su palabra, el magnate británico, de 62 años, se depiló las piernas, se pintó los labios y se embutió en una ceñida falda roja.
Hace unos tres años, Branson y Fernandes mantuvieron una discusión acerca de qué equipo terminaría más arriba en el Campeonato de Fórmula 1: Virgin Racing o Lotus Racing. Virgin Racing, propiedad de Branson, acabó por debajo, y el magnate tuvo que admitir la derrota, a consecuencia de la cual Fernandes le pidió que llevara a cabo las tareas de los auxiliares de vuelo durante uno de los traslados entre Perth y Kuala Lumpur, lo que ocurrió finalmente ayer. Las ganancias del vuelo, de carácter benéfico, serán destinadas al fondo de niños Starlight.
Richard Branson es la 255.ª persona más rica del mundo y el cuarto más acaudalado del Reino Unido, de acuerdo con la revista «Forbes». Se le atribuye un patrimonio neto estimado de unos 4,000 millones de dólares.
Tras casi seis horas de vuelo, Fernandes declaró entre risas que, como azafata, Branson era «basura» (When asked to comment on Branson's performance as a flight attendant, Fernandes jokingly described him as "rubbish"), y que si él trabajara en su compañía, lo habría despedido sin contemplaciones. (New Strait Times / ABC / El Mundo - Esta nota fue editada originalmente por Mari Tere Menéndez Monforte)
Entrada triunfal de Branson, el mogul de Virgin Group, al aeropuerto, para trabajar. El multimillonario destaca por su creatividad: diseñó un sistema para ligar sin disimulo en sus aviones. |
Branson con la bandeja de bebidas. |
El gran jefe de Virgin sirve la bandeja a Tony Fernandes. |