WASHINGTON D.C., 30 de abril.- Como le sucede en muchos eventos en los últimos meses, Barack Obama está este sábado de despedida. Acude por última vez como presidente de Estados Unidos a la cena anual de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca. Es el evento social más importante del año en Washington excepto cuando hay investidura presidencial. Acuden periodistas, políticos, empresarios y famosos. Hay alfombra roja, pero es menos despampanante que las de Hollywood. Se conoce como la nerd prom, lo que equivale al baile de graduación de los empollones.
Solo se puede acudir por invitación y la competencia por lograr ser uno de los cerca de 2,000 asistentes es feroz. Se entregan premios y becas, y el clímax de la noche es el discurso que da el presidente tras la cena, en que bromea sobre su gestión y se mofa de sus rivales. El evento se celebra desde 1921. Tres años después, con Calvin Coolidge de precursor, empezó a acudir el presidente. Las personas negras estuvieron vetadas hasta los años cincuenta y las mujeres hasta los sesenta. En los años ochenta, la cena adquirió la relevancia y ambiente distendido actual.
No es un secreto que a Obama le gusta hacer de cómico. Según han pasado los años, el presidente se ha mostrado más suelto y ácido en las cenas de corresponsales, lo que vaticina una noche de carcajadas intensas el sábado. Si el año pasado Obama se despachó a gusto con los candidatos a sucederle, la cercanía de las elecciones presidenciales -el próximo noviembre- vaticina este año un repertorio más extenso de bromas.