MÉXICO, 15 de agosto.- La propuesta progresista de reforma energética, plantea la modernización de Pemex, con inversión nacional, sin intervención económica de empresas transnacionales expresó, el ex jefe del gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard.
En un acto efectuado en Celaya, Guanajuato, dijo estar en contra de los llamados "contratos de riesgo", porque se ha demostrado históricamente que en México y el mundo este esquema beneficia de manera desproporcional a los inversionistas privados.
"Petróleos Mexicanos es ineficiente porque así la han dejado los administradores de los gobiernos anteriores, lo que proponemos es depurarla y reorganizarla, además de modernizar tecnologías e instalaciones para hacerla aún más rentable", subrayó.
También se pronunció a favor de un plebiscito, que empiece en Guanajuato, para que sea la sociedad la que determine cuál debe ser la reforma energética que más conviene a los mexicanos.
Al respecto, el líder estatal perredista, Hugo Estefanía Monroy, dijo que el PRD guanajuatense participará, impulsará y se sumará a toda lucha en defensa del petróleo.
Informó que el próximo 25 de agosto la organización Alianza Cívica realizará una consulta para que ciudadanos se manifiesten si están a favor de la propuesta de Reforma presentada por la izquierda o la presentada por el gobierno federal.
Y en Aguascalientes, el Cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez, se pronunció porque la iniciativa reforma energética se maneje con criterio de eficiencia y no político, ya que puede representar riqueza para el país.
En conferencia de prensa conjunta con el Arzobispo de Yucatán, Emilio Berlie Belauzarán, y el Obispo de Aguascalientes, José María de la Torre Martín, agregó que dicha iniciativa puede representar la solución para las enormes necesidades y problemas del país.
Invitado para la celebración de la 58 edición de la Romería en honor de la Virgen de la Asunción, Patrona de Aguascalientes, también habló de la pobreza, dijo que en México la hay de dos tipos, la espiritual y la material, la primera provocada por las familias y la segunda por la injusta distribución de la riqueza. (Crónica)
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