Eduardo Ibarra Aguirre / 20-X-17
Designado al arcaico estilo priista del dedazo, seguramente presidencial aunque se presente la de Eruviel Ávila como hecha por Enrique Ochoa, el exgobernador del estado de México está al frente del Partido Revolucionario en la Ciudad de México, bajo el título de “delegado especial en funciones de presidente del Comité Ejecutivo”, en sustitución de Mariana Moguel, la hija de la secretaria Rosario Robles y que gracias a mami, sin restarle méritos propios, ocupó tal posición, convirtiéndose con más pena que gloria en una de las sustitutas del impresentable Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, indiciado por delitos penales y electorales, y finalmente exonerado gracias a arreglos políticos con las autoridades capitalinas encabezadas por Miguel Ángel Mancera.
De gobernador de la entidad más poblada del país, con el electorado más grande y el segundo aporte al producto interno bruto del país, Ávila Villegas entierra sus sueños de ser el candidato del Institucional a la Presidencia de la República para desempeñar la posición más difícil que priista alguno pueda ocupar, la de dirigir el PRI capitalino hasta diciembre de 2018, cuando México ya tenga nuevo titular del Ejecutivo federal.