Pablo Herreros / Yo, mono
Las relaciones sociales son fundamentales para mantenernos sanos, tanto físicamente como mentalmente. Algunas especies de mamíferos no hemos evolucionado para ser apartadas de nuestras madres en pocos meses. Tampoco para vivir solas, como hacen ascetas o ermitaños. La realidad es otra: los mamíferos sociales estamos programados para tener vida social y estar rodeado de personas. Nuestro cerebro necesita de la presencia de otros para desarrollarse durante la infancia, pero también para mantenerse sano durante el resto de las etapas de la vida.
Jodi Lukkes y su equipo estudiaron con ratas las consecuencias del aislamiento y sus efectos sobre la ansiedad. Separaban a las recién nacidas de sus madres antes del destete natural. El estrés se elevó cuando se produjo dicha privación maternal produciendo cambios en la fisiología y en el comportamiento. De adultas, eran más inseguras y se asustaban con facilidad ante cualquier estímulo. Las ratas sentían miedo muy a menudo.
La bióloga Ellen Kanitz también ha estudiado la respuesta inmunológica ante la soledad en animales. Desde el día 3 de nacimiento hasta el 12, durante 2 horas al día, varias crías de cerdo eran apartadas de sus madres. Tan solo un día después de comenzar las pruebas, se incrementó el cortisol y cesó la proliferación de linfocitos, cuya misión es atacar los agentes potencialmente dañinos, como por ejemplo microorganismos, células tumorales u otros antígenos. También se detectó un incremento de la interleucina-1 en el hipocampo, la cual está asociada a inflamaciones. Pero además, descubrieron que no se trataba de algo temporal. Seis semanas después del experimento, las hormonas del estrés continuaron en niveles altos. A largo plazo, los efectos negativos se mantuvieron en la actividad del sistema inmune.
En general, el contacto físico con la madre es fundamental para los mamíferos. Especialmente para los cetáceos, elefantes y primates, cuya relación materno-filial se basa en un contacto físico continuo, muy superior al que muestran otras especies. Durante meses o años, no nos despegamos de nuestra mamás. Hay que tener en cuenta que nacemos " inacabados ", lo que se traduce en una dependencia total.
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Sarah Shourd era una montañera que estaba escalando en Irak cuando fue
capturada por el ejército iraní. Acusada de espionaje, la encerraron en
una prisión de Teherán en régimen de total aislamiento. Tras ser
liberada, contó que perdió la cabeza. Shourd comenzó a escuchar "pasos
de fantasmas"... (AFP / Getty Images) |
El psicólogo Harry Harlow, en los años sesenta del siglo pasado, experimentó con situaciones de incomunicación con macacos rhesus en la Universidad de Wisconsin. Tras semanas de soledad absoluta, sin contacto alguno con sus madre u otros congéneres, los monos estaban traumatizados y psicológicamente quebrados. Se anularon socialmente. Cuando crecían eran incapaces de interaccionar con otros macacos. Los resultados de estas pruebas con animales fueron muy similares a los síntomas detectados con bebés humanos que habían pasado por experiencias similares en orfanatos.