MÉRIDA, Yucatán, 28 de octubre.- Más de 600 ánimas se apropiaron de la ciudad y le rindieron tributo a una tradición que tiene sus raíces en la ancestral cultura maya y también en antiguos senderos de tiempos coloniales.
Encabezadas por el alcalde Mauricio Vila Dosal, las ánimas desfilaron por los mismos derroteros en el que sus muertos acudían, en siglos pasados, a su última morada. Una ruta que pasaba por casas coloniales, por calles de adoquín francés y la ermita donde sus antiguos viajeros encomendaban su vida al amparo de los santos y pedían protección contra la parca.
Mérida, considerada hoy como la mejor ciudad para vivir y que por segunda vez ha alcanzado el distintivo de “Capital Americana de la Cultura” ha despertado el interés de familias, turistas, visitantes y medios nacionales que llegaron al Paseo de las Ánimas para atestiguar cómo se difunden, disfrutan y viven las tradiciones en los espacios públicos de la capital yucateca, tal y como se establece en la Carta de los Derechos Culturales de los Meridanos.
Vista desde lo alto del festejo a los difuntos. En el recuadro, el Alcalde Mauricio Vila Dosal y otros funcionarios en atuendo de mestizos. |
De acuerdo con estimaciones de la Policía Municipal de Mérida, poco más de 50 mil personas se dieron cita en el derrotero para admirar en completo orden, y apostadas a lo largo de las gradas que se instalaron en el Cementerio General y en las calles aledañas, el paso de más de mil ánimas que desfilaron en procesión, causando la admiración de las familias, turistas nacionales e internacionales apostados en gradas, e incluso en casonas restauradas del rumbo de la Ermita.