Eduardo Ibarra Aguirre / 27-VII-16
El estado de México es la entidad con el mayor número de homicidios (2,671) cometidos durante 2015, seguido por Guerrero (2,402), Chihuahua (1,541), Jalisco (1,229), Sinaloa (1,089) y la Ciudad de México (1,079); como parte de un total de 20,545 homicidios, 17 por cada 100,000 habitantes, lo que refleja la misma tasa registrada en 2014, de acuerdo con el muy impugnado Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, a partir de que cambió sin previa consulta con el Coneval los criterios metodológicos para medir la pobreza extrema y “descubrir” que los ingresos de los más pobres de México aumentaron 33.6 por ciento en un año. En las estadísticas por supuesto.
Con 15.18 millones de habitantes resulta normal que el estado de México tenga el mayor número absoluto, no el relativo, de homicidios y no Guerrero con 3.5 millones de habitantes, por lo que estas mediciones son realizadas con base a cada 100,000 habitantes, como lo muestra cualquier estudio serio. Excepto los de María Isabel Miranda (Wallace), quien se ahorra correlacionar los secuestros con el número de habitantes, a pesar de que la asesora un experto en el fenómeno delictivo.