ROMA, Italia, 9 de junio.- Silvio Berlusconi, que está por cumplir 80 años en setiembre, pone fin en forma “brusca y angustiosa” a su gran aventura política que lo convirtió tres veces en jefe del gobierno italiano y durante veinte años en el líder indiscutido de la centroderecha. Internado el martes pasado por una arritmia, que era la versión tranquilizadora de su problema cardíaco, ayer su médico anunció que debe ser operado a corazón abierto para sustituir la válvula aorta y tal vez algo más. “Corrió el riesgo de morir”, agregó.
La intervención, tal vez el martes próximo en el hospital San Raffaele de Milán, durará cuatro horas y, si no hay complicaciones, tiene por lo menos para un mes de convalescencia. “Después, si quiere podrá seguir siendo un líder político, pero yo se lo desaconsejo”, dijo ayer en una conferencia de prensa su médico personal el profesor Alfredo Zangrillo, en la que anunció inesperadamente que el “Silvio nazionale” está bastante peor de lo que se decía. A Berlusconi le implantaron un marcapasos en un instituto cardiológico de Cleveland (EE.UU.) en diciembre de 2006.
Zangrillo dijo que el líder conservador, que ha sufrido una notable decadencia política en los últimos tiempos, se sintió mal el sábado por la noche y que el domingo “le pedí que viajara a Milán para hacer exámenes en el hospital”. Pero Berlusconi no le hizo caso y se fue del aeropuerto milanés a la mesa electoral donde votó en las elecciones municipales. “Cuando llegó al hospital San Raffaelle, el retardo en internarse le hizo correr el riesgo de morir”, dijo el médico, que lucía contrariado con el famoso paciente.