BUENOS AIRES, Argentina, 12 de julio.- Europa puso ayer a Grecia contra las cuerdas. Ante el riesgo de ir hoy mismo al default y a la salida del euro, con un corralito que dura ya dos semanas y los bancos sin liquidez, los socios de Atenas en la Eurozona forzaron la marcha y aumentaron las condiciones del rescate.
El primer ministro heleno, Alexis Tsipras, negociaba al cierre de esta edición los puntos más duros del documento que habían preparado por la mañana los ministros de Finanzas del euro y que Clarín consultó anoche.
El acuerdo es inédito en Europa. Si Grecia lo acepta y Tsipras en la madrugada no patea la mesa, Atenas pasará a convertirse en una especie de protectorado europeo. El documento, incluso en su redactado, es una humillación para el primer país que se atrevió a rebelarse contra la ortodoxia económica europea impuesta por Berlín desde el inicio de la crisis.
Alemania impuso todo su peso con el apoyo de Finlandia, Eslovaquia y las repúblicas bálticas –algunas fuentes incluyen a España en este grupo. Francia e Italia intentaron suavizar las medidas más radicales, pero apenas tuvieron el apoyo de Luxemburgo, Austria y Chipre.
Wolfgang Schäuble, ministro de Economía de Alemania, en Bruselas. (Reuters) |
Si Atenas cumple, el escenario que se le abre es una carrera a toda velocidad contra obstáculos casi insalvables. Antes del miércoles el Parlamento heleno debe aprobar una lista de “medidas prioritarias”: subidas del IVA y recortes de pensiones. Si lo hace, los ministros de Finanzas del euro se reunirían de nuevo, probablemente el miércoles, para pedir a la Comisión Europea que prepare el rescate.