BOGOTÁ, 15 de abril.- "He ordenado a las Fuerzas Armadas levantar la orden de suspensión de bombardeos a los campamentos de las FARC hasta nueva orden", anunció el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, hoy al término de un consejo extraordinario de seguridad que encabezó en la ciudad de Cali, a unos 50 kilómetros del lugar del ataque, tras conocerse que la guerrilla había matado a 11 soldados y que dejó 17 militares heridos. Y también ordenó desplegar acciones ofensivas para proteger a la población civil. "Tenemos que dar con autores de este acto", dijo.
Este miércoles fue un día oscuro para el proceso de paz entre las FARC y el Gobierno colombiano. La guerrilla asesinó a once soldados e hirió a otros 18 a las 11:00 de la noche del martes en la vereda La Esperanza, corregimiento de Timba, norte del Cauca, departamento ubicado en el norte del país.
La masacre, perpetrada con granadas, artefactos explosivos y armas de fuego mientras los militares buscaban escampar de la lluvia en un centro comunal, no ha sido suficiente para que el presidente Juan Manuel Santos ordenara a sus negociadores levantarse de la mesa de diálogo y echar abajo los avances entre las partes porque se pactó negociar en medio de la guerra.
Este hecho lamentable, que enluta al país, ha llevado a la oposición de los diálogos de paz a reafirmar que la subversión no quiere un verdadero acuerdo de reconciliación.
El general Mario Valencia, comandante de la Tercera División del Ejército confirmó que sus hombres fueron atacados con granadas, artefactos explosivos y armas de fuego por guerrilleros de la columna móvil Miller Perdomo de las FARC. Los hechos se presentan en un momento en que los negociadores de la guerrilla, desde La Habana, habían decretado un cese unilateral al fuego desde el 20 de diciembre. A cambio habían recibido una promesa del Gobierno Santos de suspender los bombardeos en su contra en regiones selváticas del país.