ASÍS, Italia, 4 de octubre.- El Pontífice, quien llegó esta mañana en helicóptero desde Roma, empezó su histórico peregrinaje a Asís con una conmovedora visita al Instituto Seráfico, centro que atiende a niños y jóvenes discapacitados, a quienes saludó personalmente, uno por uno, con inmensa ternura.
Evidentemente conmovido por el dolor presente en el lugar, donde los enfermos involuntariamente emitían sonidos guturales y gritos, no leyó el discurso que tenía preparado.
"Estamos entre las llagas de Jesús y estas llagas deben ser escuchadas, reconocidas", dijo, hablando en voz baja, con rostro serio. "Aquí está Jesús, escondido en estos chicos.
"El cristiano debe reconocer las llagas de Jesús, tenemos que escuchar las llagas de Jesús. Lo que da esperanza, es que Jesús está entre ustedes: cuando Jesús resucitó era lindísimo, ya no tenía señales de la flagelación, sólo quiso conservar las llagas, que se llevó al cielo", recordó, provocando aplausos y lágrimas entre los presentes.
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El Papa en la cripta de la Basílica de San Francisco de Asís reza ante la tumba del Santo. (ansa)(clic a las imágenes) |
En un programa más que intenso, el Papa visitó luego la Iglesia de San Damián, que el santo de Asís reconstruyó y donde recibió el llamado de Jesús desde un crucifijo y, más tarde, antes de celebrar una misa multitudinaria ante la Basílica de San Francisco, rezó concentrado ante la tumba del poverello, en medio de un silencio impresionante.