El ilustrísimo Doctor don Francisco Pablo Matos de Coronado, que fué Obispo de Yucatán hace dos siglos, tenía tan buen diente, que acostumbraba merendarse un pavo entero de los grandes, Y cuando terminaba, decía sonriendo: "Bueno, bueno... sabroso estuvo el pajarito".
Pero sus biógrafos aclaran que esto no lo hacía por gula o glotonería; sino porque siendo él de cuerpo grande y extraordinario y, además, joven y saludable, necesitaba gran cantidad de alimento para reponer sus fuerzas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario