sábado, 18 de julio de 2020

julio 18, 2020
Pedro Echeverría V.

Los intelectuales no se quitan la máscara, son así: naturales, engañosos, bien comidos y mantenidos

1. Un intelectual es aquel que por sus estudios y conocimientos destaca sobre las grandes masas de seres humanos que se dedican a trabajar, a producir o simplemente a ser un explotado más en las diferentes ramas de la sociedad. En la sociedad capitalista el intelectual es como un ser superior, una persona privilegiada porque se le escucha, construye planes y se le paga con fuertes cantidades. Muchos de ellos poseen estudios escolares superiores, aunque los más viejos –los más profundos- han sido esencialmente autodidactas.


2. En México, así como en todos los países del mundo, hay miles de intelectuales distribuidos en todos los campos del conocimiento. Ser médico, arquitecto, abogado, matemático, no es ser intelectual sino un profesionista universitario que desempeña una profesión. El intelectual –tenga o no una profesión- es el que durante muchos años se dedica a la investigación preguntándose el porqué de las cosas. No usa títulos, desprecia el poder, no cura enfermedades como el médico ni construye edificios como el arquitecto o ingeniero, el intelectual piensa sobre el porqué de las cosas.


3. Los intelectuales, como los filósofos, se preguntan qué es el mundo, qué es la destrucción del medio ambiente, qué es la familia y hacia dónde van los hijos, cómo controlar la salud e  impartir una buena educación, etcétera, etcétera. Todo son preguntas, investigación, reflexión. Búsqueda. Por todo ello me pregunto sobre el papel de los intelectuales en México y me respondo que desde que conocí a los intelectuales en aquella revista “Política” de izquierda que nació en 1960 y murió siete años después junto a la revista “Siempre” de centro, me pareció una clase privilegiada.

4. Los intelectuales de izquierda siempre fueron muy poquitos (unos cinco) frente a unos 200 centristas y derechistas. No había más de un periódico de centro-izquierda (El Día) frente a 100 diarios de derecha encabezados por El Universal, Excélsior, Novedades, así como el ultra derechismo de estaciones de radio y la TV, que daba sus primeros pasos a principios de los años sesenta. ¿Con qué ideología crecería nuestro pueblo si los medios de información eran controlados totalmente por la derecha pro fascista?

5. Así que cuando López Obrador dice que “al fin los intelectuales Aguilar Camín, Castañeda, Krauze, Woldenberg, Dresser, se quitaron la máscara”, hay que decirle al tabasqueño que a nivel nacional esos intelectuales han sido los mismos que han recibido muchos millones de pesos de los distintos gobiernos del PRI y del PAN. Los mismos que no han logrado hasta hoy, que el presidente López Obrador los siga subsidiando con los miles de millones de pesos a los que los han acostumbrado los Salinas, Calderón o Peña Nieto. La máscara no se les cae, se les chorrea.

6. Muchos me han preguntado desde hace años: ¿No les dará vergüenza a los padres que sus hijos los identifiquen como ladrones y tramposos, así como que les dé miedo a que les reclamen? No olvidar que los hijos reciben la educación y la ideología de sus padres y muchos de ellos alcanzan mejor experiencia en ese hogar. El mejor ejemplo es el tal Carlos Salinas y su hijito, Lozoya y su papito exfuncionario, los hijitos de Fox y Calderón, los grandes hijos de Echeverría que quieren expulsarlo de su casa. No olvidar que los hijos de la mafia seguirán por décadas en el poder. (17/vii/20)

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