Eduardo Ibarra Aguirre / 25-II-19
En un hecho legislativo al parecer sin precedente en el México de la longeva transición a la democracia, la Cámara de Senadores aprobó en forma unánime reformas constitucionales de gran calado para abrir paso a la conformación de la Guardia Nacional, un caro proyecto presidencial contemplado desde enero de 2017 en el libro La salida. Decadencia y renacimiento de México. Con ello concluirán décadas de uso anticonstitucional de las fuerzas armadas en el combate al narcotráfico en particular y al crimen organizado en general, por lo menos desde la Operación Cóndor del gobierno de Luis Echeverría Álvarez (1970-76).
Aparte está, por supuesto, el sistémico uso del Ejército como fuerza represiva de las movilizaciones sindicales, campesinas y estudiantiles a lo largo del siglo pasado bajo el priato de la Presidencia de la República absolutista, y sin contar con ningún sustento constitucional.