jueves, 19 de septiembre de 2019

septiembre 19, 2019
MÉRIDA, Yucatán, 19 de septiembre de 2019.- Médicos tradicionales mayas y profesores de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) realizaron en conjunto la “Guía del aprendiz”, documento para revalorar el lugar de esos expertos en salud dentro de su comunidad, así como preservar saberes ancestrales e invitar a las nuevas generaciones a continuar con esta profesión.

La “Guía del aprendiz” reúne el conjunto de los conocimientos que los médicos tradicionales consideraron esenciales para transmitir a la siguiente generación, ya que en los últimos tiempos no es de interés para los jóvenes ya que los médicos no cuentan con aprendices.

Estos trabajos se realizaron como parte del proyecto social “Revalorización de la medicina tradicional maya en el sur de la Península de Yucatán”, con aportaciones en conjunto de médicos tradicionales de Tahdziú, Peto y Tzucacab, entre los que se cuentan a Carmen Díaz y Patenurcio Pool, entre otros, así como alumnos y profesores de la Facultad de Medicina de la UADY.

Estudiantes atentos a un médico tradicional maya. Ver más fotos.

La forma de educación consistió en que los estudiantes vivieran con su maestro, a fin de conocer todo lo relacionado a sus saberes de manera directa, además de que colaboraron en las actividades diarias.

Entre las acciones realizadas durante el proyecto, se capacitó a los participantes para tener ingresos justos por sus servicios y sus productos, de tal suerte que los médicos tradicionales optimizaron su producción, distribución y almacenaje de los remedios, explicó el responsable de este proyecto social, Russell Arcila Novelo.

Los productos que realizan son remedios que se utilizan de manera popular para el tratamiento de diversas enfermedades, como son cremas, ungüentos, tés, por mencionar algunos; mientras que los servicios que brindan van desde las sobadas, masajes, acomodo de huesos y otros de tipo ritual.

La importancia del médico tradicional en la comunidad, radica en que los pacientes pueden tener una atención de calidad al alcance, pues en algunas comunidades resulta difícil el acceso a este servicio, y estos saberes se pueden complementar con la medicina occidental.

El proyecto fue realizado durante cuatro años en las localidades de Tahdziú, Peto y Tzucacab.

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