miércoles, 24 de julio de 2019

julio 24, 2019
Pedro Echeverría V.

1. Nietzsche, el filósofo (1844-1900) es el autor de Así habló Zaratustra, el Anticristo, Más allá del bien y del mal; no fue un intelectual querido de su tiempo porque puso al mundo del pensamiento en crítica feroz. He leído algunos libros de él, le conozco dos películas acerca de su vida y he conocido algunos personajes que lo rodearon. Sin embargo la frase que alrededor de cinco años me ha hecho rebotar y repensar en lo que digo y hago es esa de que “no hay verdades, sólo existen interpretaciones de los hechos” de acuerdo a la ideología que desde niños nos han impuesto por nuestros padres, la iglesia, la escuela y la sociedad. Para mi esa frase sigue siendo definitiva y determinante para entender porque en cada hecho que se registra cada quien ve lo que quiere obedeciendo siempre sus intereses particulares.

2. Por ejemplo, ¿cómo interpretan los del PRI (Osorio, Beltrones, Sauri, Ruiz) el gobierno de Peña Nieto o el de Salinas de Gortari y como interpretan el de López Obrador? Obviamente lo interpretan, lo creen, están convencidos, que fueron los dos magníficos gobiernos y, ¿por qué ven al gobierno de López Obrador como despótico, autoritario, que trata de establecer una dictadura? Porque lo interpretan con diferente criterio, con distinta visión. En alguna ocasión le reclamé a un reportero amigo y él me respondió: “yo escribo lo que veo”. Obvio no me dijo con qué ideología, con qué necesidad, por qué tiene que obedecer al dueño del periódico que le paga. ¿Por qué un intelectual, escritor de un libro voluminoso opina diferente a otro escritor prestigiado sobre los mismos hechos? Eso demuestra que “la verdad” es la que impone la clase dominante.


3. Yo desde la izquierda radical he tratado de demostrar “mi verdad”, “mi interpretación”, aportando datos y reflexiones para convencer que todos los gobiernos del mundo, en la sociedad capitalista, han servido a una minoría de millonarios y por tanto todos han sido enemigos del pueblo; sin embargo muchos –según su interpretación de los hechos- me han dicho y han escrito que ha habido gobiernos buenos, malos y regulares. ¿Quién dice “la verdad”? Nadie obviamente, porque lo determinante es la interpretación ideológica de cada hecho o de cada gobierno. Y no es que “cada cabeza es un mundo”, sino que cada individuo interpreta las cosas como él mismo piensa que son y piensa de esa manera por sus prejuicios anteriores. Entonces no hay ninguna “verdad verdadera” porque a pesar de sólo haber un hecho, cada quien lo interpreta distinto.

4. Los 100 periodistas y comentaristas más conocidos, así como sus respectivos medios de información en México, recibieron en el transcurso del último siglo miles de millones de pesos del gobierno y los empresarios; en el país le llaman “chayote”, “mochada”, “soborno”; algunos los dilapidaron pero los más se hicieron muy ricos, poderosos e influyentes poseedores de enormes propiedades. Son “verdades muy evidentes” que se interpretan de manera diferente, siempre de acuerdo a la ideología de cada quien. Los partidos de derecha o conservadores como el PAN, el PRI y demás, que fueron educados conforme al capitalismo, amando el dinero y la propiedad, niegan esa “verdad indiscutible” o argumentan que así funciona el capitalismo. La izquierda posee otra interpretación porque su ideología es colectivista o comunitaria.

5. ¿Es entonces la “verdad” de clase social? Nietzsche escribe que lo que siempre se acepta como “verdad” es lo que la clase dominante –usando todos los medios de información- dice que es verdadero. Ya el escritor Althusser ha señalado que “el pensamiento dominante en cada lugar, siempre es el de la clase dominante”. Y aunque hay muchos que piensan distinto, las enormes mayorías sólo repiten las ideas que escuchan o ven por TV. Por ello ha escrito Sartori, especialista en medios: De manera acelerada se está transformado el homo sapiens, producto de la cultura escrita, en homo videns para el cual la palabra ha sido destronada por la imagen. .. La TV produce imágenes y anula los conceptos y de este modo atrofia nuestra capacidad de abstracción y con ella toda nuestra capacidad de entender”. ¿Por qué no hay verdades, sólo interpretaciones? (24/VII/19)

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