viernes, 12 de julio de 2019

julio 12, 2019
WASHINGTON, 12 de julio de 2019.- La estrategia de Donald Trump de convertir la inmigración en el gran tema de las elecciones de 2020 va a dar un paso significativo este fin de semana, con la decisión del presidente de arrestar y expulsar de EEUU a unos 2.000 inmigrantes que tienen órdenes de expulsión que no han obedecido.

La operación de las fuerzas de seguridad parece tener mucho más de propaganda que de verdadera lucha contra la entrada de personas sin documentos, y su filtración se ha producido justo el mismo día en el que el presidente ha tenido que admitir que renuncia a introducir en el Censo una pregunta sobre la nacionalidad de las personas que viven en Estados Unidos.

La pregunta tenía como objetivo reducir las transferencias financieras y el peso electoral de las ciudades, en las que la oposición demócrata tiene sus plazas fuertes. Su retirada es un golpe para Trump, que hasta este jueves por la mañana insistía en que esa pregunta debería estar presente en los formularios del Censo que serán enviados en 2020 a todo el país, a pesar de que el Tribunal Supremo había tumbado ya la constitucionalidad de esa medida.


Eso se debe a que, al preguntar acerca de la ciudadanía, muy probablemente millones de indocumentados no hubieran respondido al Censo. Es un temor infundado, porque el Censo no se emplea para cuestiones de aplicación de la ley. Pero el temor - y más el de los 'sin papeles' - hubiera hecho, presumiblemente, que muchos se pararan a pensar si respondían o no.


La mayor parte de los 'sin papeles' viven en zonas urbanas, en las que los demócratas tienen casi el monopolio de la política. Dado que el Censo, que en EEUU se realiza cada diez años, se usa como base para determinar las transferencias a las administraciones estatales y locales, y para delimitar los distritos electorales a la Cámara de Representantes, la 'desaparición' de las estadísticas oficiales de esos millones de personas hará que esas ciudades reciban menos fondos del Estado, y también que las circunscripciones en las que la oposición suele ganar sean menos numerosas.

Desarbolada la cuestión de la nacionalidad, quedan los arrestos. Unos arrestos que parecen estar más planteados para movilizar a los votantes de Trump y para extender el miedo entre los 11 millones de ilegales que viven en EEUU, dado que normalmente no se anuncia con cuatro días de antelación que se va a detener y a deportar a personas que ya saben que pueden ser detenidas y deportadas porque están violando la ley. Para hacer las cosas más surrealistas, las autoridades de inmigración no están autorizadas por la ley a entrar en el domicilio de nadie.

De hecho, el Gobierno de Donald Trump ya había anunciado en el mes de junio que iba a llevar a cabo esa operación. Pero,en el último momento, la canceló alegando que se lo habían solicitado los líderes de la oposición demócrata.

Pero estos movimientos indican que Trump está decidido a seguir jugando la baza nativista y anti inmigración que tan buenos resultados le ha dado, y que está dispuesto a recurrir a las medidas que haga falta para reducir la representación política de la oposición. Una oposición que ayer elevó el tono de la batalla política en Washington al citar a declarar ante la Cámara de Representantes a 12 altos cargos, entre ellos el yerno del presidente, Jared Kushner, el ex fiscal general, Jeff Sessions, su 'número dos', Rod Rosenstein, y el ex jefe de gabinete de Trump, John Kelly. Todos ellos han sido llamados a declarar por la 'trama rusa'.

Las nuevas órdenes para que esas figuras comparezcan ante el Congreso -y que probablemente serán ignoradas por los asesores de Trump, como ya han hecho en el pasado- parecen indicar que el Partido Demócrata sigue tratando de mantener la llama del 'Rusiagate', pese a que todo parece indicar que la opinión pública estadounidense ya ha dejado atrás esa controversia y que el informe del fiscal especial del caso, Robert Mueller, solo sirvió para reafirmar a los partidarios de Trump en la inocencia de éste, y a sus enemigos en que el presidente el culpable de conspirar con Moscú y de obstrucción a la Justicia. El miércoles de la semana que viene será el propio Robert Mueller quien prestará declaración ante la Cámara de Representantes. (Pablo Pardo / El Mundo)

0 comentarios:

Publicar un comentario