domingo, 5 de mayo de 2019

mayo 05, 2019
JERUSALÉN, 5 de mayo de 2019.- Los dos millones de habitantes de Gaza y los centenares de miles de israelíes que habitan en torno a la Franja palestina han vivido la jornada más violenta tras la devastadora guerra de 2014 en el enclave palestino. Desde la madrugada del sábado, Hamás y la Yihad Islámica han disparado más de 450 proyectiles, entre cohetes y granadas de mortero, hacia Israel, que han causado tres muertos. Las represalias de la aviación militar hebrea contra 260 objetivos de las milicias palestinas en Gaza se han cobrado la vida de nueve personas, entre ellas una mujer embarazada de ocho meses y su bebé. Ninguna de las partes enfrentadas vislumbra un alto el fuego, pese a la mediación de Egipto y de la ONU, en vísperas de la celebración del festival de Eurovisión, que arranca dentro de nueve días en Tel Aviv.

Las Fuerzas Armadas israelíes han desplegado una brigada de carros de combate en la frontera. Los aviones de combate israelíes han comenzado a atacar la Oficina de Seguridad Interior de Hamas en el barrio de Rimal, en la Franja de Gaza. Mientras tanto, más de 200.000 alumnos permanecen en sus casas con los colegios y guarderías cerrados en la periferia de la Franja. Ciudades como Rishon Letzion, ocho kilómetros al sur de Tel Aviv en la superpoblada área metropolitana central, han abierto al público los refugios antibombardeos aéreos.  

El padre de una niña muerta por un proyectil la lleva a su funeral, el domingo en Gaza. (Reuters)

El Ejército asegura que el 70% de los proyectiles disparados desde Gaza han caído en descampados y que más de un centenar de ellos son cohetes que han sido derribados por los interceptores del sistema antimisiles Cúpula de Hierro. “Vamos a seguir operando militarmente”, anunció en una conferencia de prensa telefónica el teniente coronel Jonathan Conricus, portavoz internacional de las Fuerzas Armadas.

La inteligencia castrense israelí ha achacado la muerte de la palestina Salah abu Arar, de 37 años, y de su hija Saba, de 14 meses, a la explosión de un cohete de Hamás, "que cayó donde no debía”, según precisó Conricus. El Ministerio de Sanidad de Gaza informó de que ambas habían muerto a consecuencia de las lesiones causadas por la metralla de un misil israelí. Los hospitales de la Franja han contabilizado la muerte de otras ocho personas, seis milicianos y un civil, desde la madrugada del sábado, así como decenas de heridos.

Con los pasos fronterizos clausurados y en medio de los habituales cruces de comunicados y desmentidos, Israel registró en la madrugada del domingo por primera vez en cinco años la muerte de un civil judío en un ataque con cohetes desde la franja de Gaza. Moshe Agadi, de 58 años, falleció a consecuencia de las heridas sufridas en el pecho y el abdomen por la metralla de un proyectil en una casa de Ashkelon. Otros dos israelíes murieron en la misma ciudad costera, situada apenas tres kilómetros al norte de la frontera gazatí, al ser alcanzado su vehículo por un cohete. Varias personas han sufrido lesiones graves y decenas han sido atendidos en centros sanitarios israelíes de heridas leves o crisis de ansiedad.

La intensidad de los bombardeos de Israel sobre el enclave palestino no tiene precedentes desde el pasado mes de noviembre, cuando el Ejército y las milicias de Hamás ya bordearon la guerra. Decenas de objetivos han sido destruidos. Entre ellos figuran un túnel de ataque de la Yihad islámica excavado bajo la frontera, dos plataformas de lanzamiento de cohetes y varias bases y fábricas de armas, así como embarcaciones usadas por los milicianos. En un depósito de armamento bombardeado en la mañana de este domingo la aviación israelí se encontraban varios miembros de la Yihad Islámica. “Muchos de los objetivos habían quedado ocultos o camuflados en zonas civiles densamente pobladas y en los domicilios de terroristas de Hamás o en sus inmediaciones”, rezaba  al mediodía un comunicado del Ejército.

Uno de los objetivos arrasados fue un edificio de oficinas situado en Gaza, donde Israel había ubicado un centro de inteligencia militar de Hamás y otras instalaciones de seguridad palestinas. En el mismo inmueble se encontraba también la sede de Anatolia, la agencia estatal de noticias de Turquía. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha condenado el ataque, ha tachado de “desproporcionado”, y ha llamado a una intervención internacional para rebajar la tensión en la región.“Turquía y la agencia Anatolia seguirán informando al mundo sobre el terrorismo israelí y las atrocidades (cometidas) en Gaza y en otras partes de Palestina, a pesar de estos ataques”, afirmó el mandatario.

El Ejército israelí ha asegurado que el bombardeo contra el edificio de oficinas iba dirigido contra un “objetivo militar legítimo”, ya que albergaba dependencias de las milicias palestinas. El teniente coronel Conricus informó también de que varias viviendas de altos mandos de las milicias palestinas fueron atacadas en Gaza —también como “objetivo militar legítimo”, según el portavoz castrense—, puesto que desde ellas se coordinaban operaciones contra Israel.

Primer asesinato selectivo desde 2014

Uno de los fallecidos en los ataques aéreos de este domingo es Ahmed Judari, de 34 años, a quien la inteligencia militar israelí considera responsable de canalizar transferencias de fondos desde Irán a la franja de Gaza. Su vehículo recibió el impacto directo de un misil mientras circulaba por el centro de la capital gazatí. Como propietario de una casa de cambios en el enclave, que había sido señalada por Israel por sus vínculos con organizaciones terroristas, Judari entregó a las milicias Ezedin al Qasam de Hamás y Brigadas al Quds, ala militar de la Yihad Islámica, grandes sumas procedentes del Gobierno de Teherán, según sostiene un comunicado militar.

“He dado instrucciones a las Fuerzas Armadas para que prosigan con los ataques masivos contra elementos terroristas en la franja de Gaza, así como reforzar las unidades situadas a su alrededor con carros de combate, artillería e infantería”, anunció en la mañana del domingo el primer ministro, Benjamín Netanyahu, en la reunión semanal del Gobierno en Jerusalén. A primera hora de la tarde ha convocado al Gabinete Seguridad, el órgano que Israel tiene la atribución de declarar la guerra.

El ministro israelí de Cooperación Regional, Tzachi Hanegbi, había declarado poco antes a la Radio del Ejército que el festival de Eurovisión, cuya celebración está prevista la próxima semana en el palacio de exposiciones de Tel Aviv, no afectará a las decisiones militares que vaya a tomar el Ejecutivo. “Israel no tiene interés en lanzar una campaña bélica a gran escala”, precisó, “pero en ningún caso se va a analizar en el Gabinete de Seguridad un acontecimiento musical o de entretenimiento”.

El exasesor de Seguridad Nacional israelí Yacov Amidror responsabiliza a Irán de haber instigado los ataques con cohetes a través de la Yihad Islámica. “Los iraníes son los principales interesados en que Israel lance una nueva operación militar en Gaza para desviar su atención sobre el despliegue militar que mantienen en Siria”, declaró al centro informativo TPI. “Creyeron que no se atrevería a desencadenar represalias en vísperas del Día de la Independencia (este jueves) o de Eurovisión (del 14 al 18 de este mes), pero cometieron una grave equivocación”.

Desde Palestina, el presidente de la Autoridad Nacional, Mahmud Abbas, ha cuestionado “el silencio que la comunidad internacional”, que a su juicio anima a Israel “a seguir cometiendo más crímenes contra el pueblo palestino”. Jordania ha pedido, por su parte, el inmediato cese de los bombardeos israelíes sobre la franja de Gaza. “La violencia solo causará más tensión y sufrimiento”, ha advertido el Ministerio de Asuntos Exteriores jordano en un comunicado. La mediación de Egipto y la ONU no parece estar dando frutos mientras se dispara la escalada bélica de forma incontrolada. (Juan Carlos Sanz / El País)

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