viernes, 3 de mayo de 2019

mayo 03, 2019
BARCELONA, 3 de mayo de 2019.- Las relaciones entre Rusia y Venezuela están cimentadas por la relación personal que tuvieron Hugo Chávez y el presidente ruso, Vladimir Putin. Rusia presta a Venezuela ayuda económica, pero también apoyo militar, materializado en la modernización de su sistema de defensa aéreo. También le ha ayudado a eludir en lo posible las sanciones norteamericanas en materia de compra de petróleo. En los últimos días, Pompeo no se ha cansado de denunciar el papel de Rusia en Venezuela. John Bolton, consejero de seguridad nacional de Donald Trump, también ha abundado en la misma dirección. Pompeo ha criticado también la posición de Cuba.
Venezuela es una de las pocas cartas de las que disponen los Estados Unidos para conseguir algún tipo de victoria en su errática política exterior. Pero la posición de los militares venezolanos, aparentemente leales a Maduro, impiden un desenlace que pueda agradar a la administración Trump. Las malas relaciones entre Rusia y los Estados Unidos se iniciaron cuando Vladimir Putin decidió ocupar la península de Crimea, territorio ucraniano. La guerra civil en Siria (donde Rusia se implicó abiertamente en la defensa del presidente Bashar Assad) no mejoró las cosas.
Los intentos de Donald Trump por mejorar esa relación -el presidente nunca ha ocultado su simpatía personal por Putín- no han llevado a ningún punto. Sobre todo después de trascender la participación de la inteligencia rusa en las elecciones presidenciales que llevaron al magnate de la construcción a la Casa Blanca.

Las relaciones entre Rusia y Venezuela están cimentadas por la relación personal que tuvieron Hugo Chávez y el presidente ruso, Vladimir Putin. Rusia presta a Venezuela ayuda económica, pero también apoyo militar, materializado en la modernización de su sistema de defensa aéreo. También le ha ayudado a eludir en lo posible las sanciones norteamericanas en materia de compra de petróleo. En los últimos días, Pompeo no se ha cansado de denunciar el papel de Rusia en Venezuela. John Bolton, consejero de seguridad nacional de Donald Trump, también ha abundado en la misma dirección. Pompeo ha criticado también la posición de Cuba.
Venezuela es una de las pocas cartas de las que disponen los Estados Unidos para conseguir algún tipo de victoria en su errática política exterior. Pero la posición de los militares venezolanos, aparentemente leales a Maduro, impiden un desenlace que pueda agradar a la administración Trump. Las malas relaciones entre Rusia y los Estados Unidos se iniciaron cuando Vladimir Putin decidió ocupar la península de Crimea, territorio ucraniano. La guerra civil en Siria (donde Rusia se implicó abiertamente en la defensa del presidente Bashar Assad) no mejoró las cosas.

Los intentos de Donald Trump por mejorar esa relación -el presidente nunca ha ocultado su simpatía personal por Putín- no han llevado a ningún punto. Sobre todo después de trascender la participación de la inteligencia rusa en las elecciones presidenciales que llevaron al magnate de la construcción a la Casa Blanca.

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