miércoles, 17 de abril de 2019

abril 17, 2019
Pedro Echeverría V.

1. Mi última, quizá única esperanza de que las cosas cambien en el mundo en beneficio de la población ampliamente mayoritaria y explotada, será cuando vea los estertores del viejo capitalismo yanqui y el levantamiento en el mundo de la gran bandera roja encabezada por el “Partido Comunista de China” (PCCH). Explico de entrada que es raro, casi inexplicable, contrario a la base de nuestro aprendizaje de 60 años, que un partido comunista esté construyendo un capitalismo. ¿Por qué? Porque todos los comunistas del mundo, por lo menos desde mediados del siglo XIX con Marx, hemos tenido como enemigo principal el sistema de explotación capitalista.

2. China ha sido, seguramente durante siglos, el país más poblado de la tierra. Hoy con casi 1500 millones de habitantes, seguido por la India con 100 mil menos –con el enorme poder económico y productivo, reconocido en todo el mundo- ha rebasado la economía de los EEUU. Los analistas señalan que en 25 años China será el indiscutible líder mundial. A pesar de ser un estudioso  del llamado socialismo en el mundo, después de la muerte de Mao en 1975 y la derrota de la banda de los cuatro, dos años después –sumando lo que pasaba en los otros 14 país del llamado “bloque socialista” y el ascenso en China del dirigente Deng Xiaoping –ex opositor de Mao- pensé que todo estaba perdido.

3. Vino la caída de la URSS en 1989 y, al mismo tiempo, que el imperio asesino de los EEUU se haya quedado sólo dominando el mundo, realizando bombardeos e invasiones sin que nadie se opusiera, sin haber contrapeso alguno; entonces los planteamientos anarquistas me abrieron otra forma de mirar al mundo y sus alternativas. Aunque ya a mediados de los 60 -durante el debate chino-soviético- había comprendido la inexistencia del socialismo en parte alguna, calificando a Rusia de capitalismo de Estado, fue muy doloroso para nosotros que el imperio yanqui ahora interviniera en todo el mundo para saquearlo.

4. Cuando yo había perdido las esperanzas en China, porque caminaba al capitalismo después que Mao y la “Revolución Cultural” liderado por Lin Piao y la “banda de los cuatro” la habían radicalizado buscando el socialismo, aparece Deng planteando la construcción del capitalismo moderno bajo la dirección del Partido Comunista. Ahora me he metido de cabeza a estudiar el periodo y los planteamientos de Deng y me he encontrado que China avanza con pasos de gigante y los EEUU parecen ir de retirada en muchos mercados y países. Hoy la moneda China, el Yuan, está ocupando un segundo lugar entre las monedas del mundo y muchas grandes operaciones económicas que se hacían con dólares se hacen con Yuan.}

5. Me desanimó mucha la casi desaparición del BRICS porque los países que lo integran o integraban, eran fundamentales para la derrota a los yanquis. Quizá el peor golpe lo sufrió Brasil al dejar  de ser gobernado por el izquierdo-centrista  Lula; Rusia continuaría en el BRICS porque Putin sigue siendo su presidente; la India no deja de irrumpir en el mundo con fuerza bajo el gobierno de Ram Nath Kovind; China cuenta, gobernada por Xi Jinping, con la voluntad que se necesita y Corea del Sur, la de más reciente ingreso, está bien. No he podido entender porque no marchan sin el derechista Bolsonaro de Brasil.  Por ello el gobierno yanqui metió e impidió la salida de la cárcel de Lula y que ganara la Presidencia.

6. La preponderancia de China en el desarrollo internacional convierte al gigante asiático en un elemento conductor de la economía global. El comercio exterior ha servido de canal principal para ganar peso de forma indirecta en el mundo, siendo el país con más desarrollo y el segundo mayor importador desde 2009. De hecho, en 2016, las exportaciones, importaciones y volúmenes comerciales totales de China convierten al gigante asiático en el segundo mayor volumen de negocio del mundo. Así, China sufrió un aumento de 7,9% de sus exportaciones y un aumento de 15,9% de las importaciones en 2017.

7. Espero que el nuevo presidente mexicano, López Obrador, sin confrontarse con Trump porque teme a ello, abra sus mercados a otros países, entre ellos a China. Basta ya que nuestro comercio internacional –importaciones y exportaciones- deje de ser de un 70 u 80 con los EEUU provocando mayor dependencia. Hay que buscar rapidito un buen margen de autonomía para evitar nuestra vergüenza de aparecer en la historia como “patio trasero de los EEUU”.  Por esas transformaciones que el mundo necesita urgentemente veo con esperanza a China que no podrá ser “un nuevo imperio”, porque los cambios mundiales hacia la igualdad son grandes. (16/IV/19)

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